Pakistán, los Obispos condenan el atentado contra cristianos en Jaranwala
Tiziana Campisi - Ciudad del Vaticano
El atentado de Jaranwala fue el peor ataque contra cristianos en la historia de Pakistán, por lo que hace dos días la Conferencia Episcopal del país condenó los actos de vandalismo y profanación de iglesias y hogares que tuvieron lugar el 16 de agosto. En una declaración, los Obispos instaron al gobierno federal y a los gobiernos provinciales provisionales a tomar medidas severas contra los autores para llevarlos ante la justicia, y pidieron medidas enérgicas para proteger a las minorías y políticas para construir una sociedad mejor. Los Prelados también pidieron la reconstrucción de los edificios destruidos y la prestación inmediata de ayuda económica a las víctimas, asegurando "que la comunidad cristiana seguirá contribuyendo a la paz, la prosperidad y el progreso del país".
Acabar con el clima de miedo
En Pakistán es necesario crear un clima de convivencia y acabar con el miedo en el que viven los cristianos, como en estos días en Jaranwala. Así lo afirmó el Padre Gilbert Shahzad, asistente eclesiástico de la Asociación Cristiana Pakistaní en Italia, que participó en el encuentro que una delegación de la Asociación mantuvo el lunes 21 de agosto con el embajador pakistaní en Roma, Javed Ali. Durante la reunión, se pidió al gobierno de Islamabad una mayor protección de las minorías y una intervención ejemplar para que no se repitan episodios similares de odio religioso contra los cristianos. En un documento, la Asociación pide – siguiendo también las palabras de los Obispos – la reconstrucción inmediata de iglesias y casas particulares, el apoyo a la rehabilitación en la vida social y laboral de los habitantes de Jaranwala, y un refuerzo de la seguridad en los barrios cristianos de todo Pakistán.
¿Qué exigencias concretas se han planteado al embajador de Pakistán en Italia?
La primera petición es que los responsables de estos estragos sean castigados por la ley inmediatamente; la segunda es que el gobierno pakistaní introduzca cambios en la Constitución, para que las leyes del país no conduzcan a la división de la nación a través del odio hacia los demás o la intolerancia hacia otras religiones; la tercera petición es que se modifique el sistema jurídico para que se pueda construir la paz y la armonía entre las comunidades; la cuarta es que se reconstruyan todas las iglesias y casas destruidas para devolver la dignidad humana y la esperanza a las personas que creen en Jesús, es decir, a todos los cristianos. En el contexto pakistaní será muy difícil, pero éste es el objetivo que el gobierno pakistaní deberá fijarse en el futuro para permitir una coexistencia armoniosa entre las diferentes religiones presentes en el país.
¿Qué respuestas recibieron del embajador?
El embajador dijo que el Islam no permite este tipo de violencia. Condenó los actos terroristas del 16 de agosto y lamenta todo lo ocurrido en Pakistán. Nos dijo que el gobierno pakistaní está intentando averiguar quiénes son los autores, incluso a través de las nuevas tecnologías. Insistimos en que, si quieren paz, debe haber justicia. Si no hay justicia, no habrá paz". La mezquita, considerada la casa de Dios, se utiliza para anunciar el odio. Desde allí anunciaron el odio contra los cristianos, por eso los cristianos pakistaníes claman justicia, claman justicia". El embajador se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido y dijo que hay que seguir viviendo en armonía, hay que anunciar la paz, hay que seguir dialogando para traer la paz, porque fue un suceso del que sólo unos pocos fueron responsables. Se mostró muy positivo, dispuesto a escucharnos, y también nos dijo que transmitiría nuestros sentimientos, nuestras peticiones, al gobierno pakistaní.
¿Ha recibido la Asociación Cristiana Pakistaní en Italia alguna noticia de la ciudad donde se produjeron estos graves actos?
Sí. Recibimos noticias todos los días, no sólo de ciudadanos o amigos, sino también de los Obispos. Estamos en comunión con ellos, me informan constantemente. Pero todos viven con miedo. Intentan denunciar, pero viven con miedo y no pueden decir abiertamente lo que quieren, intentan denunciar esta violencia, estos feos actos de odio. Pero veo pocas esperanzas, porque estas cosas llevan ocurriendo desde los años ochenta.
¿Qué se puede hacer por la convivencia pacífica interreligiosa?
Deben hacer cambios en la ley (sobre blasfemia, ed.), deben castigar a los responsables de actos terroristas contra los cristianos, porque nunca han sido castigados. Nunca se ha castigado a nadie. Hay que asegurar a los cristianos que son ciudadanos paquistaníes, que pueden vivir pacífica y libremente, que pueden rezar, que pueden trabajar. El gobierno siempre afirma que todo esto está permitido por la ley y la Constitución, pero en realidad no es cierto. Quienes llevan a cabo estos actos deben tener miedo de la ley, del sistema legal. El gobierno pakistaní debe emplear todos los medios, incluso las redes sociales, la televisión, para cambiar esta situación.
¿Qué se puede hacer en el día a día? ¿Cómo favorecer los encuentros y el diálogo entre cristianos y musulmanes?
Los paquistaníes deben aceptarse unos a otros, vivir en tolerancia, cada día. Paz y tolerancia. Para vivir en paz, lo primero es aceptar al otro tal como es. El problema es que no se acepta al otro. Para muchos pakistaníes la única verdad es su religión, para nosotros la verdad es Jesucristo. Los cristianos no tienen miedo de que otros vivan su religión, siempre que no genere odio hacia ellos. Es importante que haya tolerancia, cada día, en la vida cotidiana, aceptar al otro tal como es, con su religión, con sus tradiciones, con su cultura. Esto es importante para vivir en armonía, en armonía con los demás.
¿Qué garantías les faltan hoy a los cristianos en Pakistán?
Carecen de toda protección. Nunca están protegidos. Sí, van a Misa en Navidad, pero luego, de vez en cuando, hay actos de violencia. Por eso hay que proteger a la persona, la dignidad de la persona. Una persona debe poder vivir su religión como quiera. La dignidad de la persona, el respeto a la persona: estas cosas son importantes.
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