Marsella y los jóvenes, reflexión y acción ante el fenómeno migratorio
Sebastián Sansón Ferrari - Enviado a Marsella (Francia)
Las expectativas de Francesc Almendros, Profesor de Economía en la Universitat Autònoma de Barcelona, en España, respecto a los "Encuentros Mediterráneos" de Marsella son muy positivas. Es más, considera que los jóvenes que se reúnen en este gran evento encontrarán puntos en común para construir políticas públicas cooperativas y solucionar los mayores retos, como la migración, así como problemáticas vinculadas al agua y su distribución.
El académico representa al Mediterranean Youth Council, integrado por jóvenes de toda el área del Mare Nostrum, desde Kosovo a Chipre, Líbano, Palestina, Argelia, Túnez, Marruecos, Egipto, España, Italia, entre otros. La institución se presenta como una oportunidad de hacer oír sus ideas, de transmitir mensajes a través de acciones, pero también de entablar un diálogo con las autoridades locales, regionales y nacionales de nuestros respectivos países.
Una vez regresados a sus respectivos lugares de origen, los jóvenes serán "voceros" de lo que vivieron y se convertirán en "embajadores" de una red que deberán construir a lo largo de todo el Mediterráneo, en vista de las próximas ediciones de este tipo, en otras localidades.
Entre sus múltiples actividades, los participantes se interiorizaron en sus historias personales y en la historia de la ciudad que los recibe. Asimismo, desarrollaron un diálogo interreligioso con los asistentes de otras confesiones y visitaron espacios significativos desde el punto de vista cultural, económico y religioso, que les ofrecieron la oportunidad de experimentar la cultura del encuentro. A su vez, profundizaron en los retos del Mediterráneo, como el invierno demográfico, la precariedad económica y el drama de los naufragios de migrantes.
Otra propuesta importante del programa consiste en el intercambio de miradas entre jóvenes y obispos sobre la realidad del territorio con el objetivo de elaborar una síntesis que será entregada al Papa Francisco y podrá servir de base para futuros trabajos.
Una de las sedes de las sesiones de unos 70 chicos y chicas de distintos países del Mediterráneo con diversos obispos de la región ha sido el Palacio del Faro, construido originalmente como residencia imperial por decisión del Príncipe-Presidente, Luis Napoleón Bonaparte, y utilizado en la actualidad como centro de congresos, convenciones y simposios.
Este mismo sitio, engalanado con las banderas del Vaticano, Francia y de la ciudad de Marsella, acogerá al Papa Francisco este viernes 22 y sábado 23 de septiembre en su 44º viaje apostólico internacional. Allí tendrá lugar el encuentro del Pontífice con el Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, y la sesión final de los Encuentros, en la que el Obispo de Roma pronunciará una intervención.
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