Domund. Mazzolini: «Hoy, el desafío de la misión es la complejidad y relacionalidad»
Luana Foti – Ciudad del Vaticano
«Hoy más que nunca la humanidad necesita la Buena Noticia de la paz y de la salvación en Cristo». En el día en el que se solemniza la identidad misionera de la Iglesia, el Papa Francisco subraya en su Mensaje como ésta es una función salvífica para la humanidad herida por tantas injusticias, divisiones y guerras. Por tanto, celebra y reitera la importancia de la obra de los discípulos misioneros que llevan la palabra de Cristo hasta los lugares más remotos del mundo.
“Corazones fervientes, pies en camino”
En su Mensaje, el Santo Padre se dirige en particular a los misioneros y las misioneras del mundo que viven un momento de desconcierto y tristeza como aquel vivido por los dos discípulos protagonistas del relato evangélico (cf. 24,13-35) “Corazones fervientes, pies en camino”: «No todos los días de la vida resplandece el sol, pero acordémonos siempre de las palabras del Señor Jesús a sus amigos antes de la pasión: “En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo”» (Jn 16,33).
Y cierra con una exhortación: “Salgamos con los corazones fervientes, los ojos abiertos, los pies en camino, para encender otros corazones con la Palabra de Dios, abrir los ojos de otros a Jesús Eucaristía, e invitar a todos a caminar juntos por el camino de la paz y de la salvación que Dios, en Cristo, ha dado a la humanidad”.
Mazzolini: Anunciar y testimoniar el Evangelio de la salvación
Con ocasión de la celebración de la 97 Jornada Mundial de las Misiones (DOMUND), en Vatican News dialogamos con la decana de la Facultad de Misionología de la Pontificia Universidad Urbaniana, Sandra Mazzolini, quien destaca cuales son las características de la misión evangelizadora de la Iglesia para nuestro tiempo, y el dinamismo misionero que debe involucrar a todos los bautizados. “En un tiempo en el que vivimos sumergidos en la mezcla cotidiana de tareas y compromisos que nos parecen urgentes, nos olvidamos o damos por descontado que la Iglesia está arraigada en el camino histórico de la humanidad para anunciar y testimoniar el Evangelio de la salvación”.
¿Cuál es la verdadera misión de la Iglesia en el mundo actual?
Yo creo que estamos en un momento de grandes cambios que cuestionan también a la misión evangelizadora de la Iglesia. Yo preguntaría: ¿hacia dónde va esa misión? O, mejor dicho, ¿cuáles son los elementos que deberían o podrían caracterizar la misión de la Iglesia hoy? Os sugiero dos: el primero es reconocer la complejidad, sin hacer simplificaciones indebidas, de la misión en la que confluyen testimonio, anuncio, liturgia, oración, justicia, paz, diálogo interreligioso, cultura, acción y reconciliación; el segundo es asumir la relacionalidad como piedra angular no sólo de las diferentes vertientes de las prácticas misioneras, sino también como piedra angular de la arquitectura global de un modelo de misión evangelizadora de la Iglesia que valoriza naturalmente, sin ningún tipo de absolutización, al ser humano creado a imagen y semejanza de Dios, un ser que debemos recordar siempre que está moldeado por el contexto cultural al que pertenece y que no puede ignorar.
Entonces, en un mundo tan complicado hoy en día, la misión tiene que ser entendida como participación a la vida y a la misión de la Trinidad. Al mismo tiempo, debe favorecer relaciones en las que la unidad no neutralice a la diversidad, sino que se integran.
¿Cuál es el aporte de la Facultad de Misionología a la labor evangelizadora de la Iglesia?
La Facultad no se puede sustraer a las dinámicas transformadoras que tocan hoy en día también a la Iglesia. Por eso, su objetivo es la formación de un profundo dinamismo misionero. En sinergia con otras entidades eclesiales, como el Dicasterio para la Evangelización, las iglesias locales y los institutos misioneros – naturalmente hablo de una sinergia transparente y respetuosa de capacidades y propósitos específicos – el aporte de la Facultad a la labor pastoral misionera de la Iglesia se configura como un verdadero laboratorio a través de la creación y puesta en marcha de lugares compartidos tanto de estudio como de investigación interdisciplinaria contextual y de diálogo siempre en clave ecuménica entre profesores y estudiantes que provienen de diversas áreas continentales.
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