México. La atención a los hermanos migrantes
Vatican News
En lo que va del año, numerosas caravanas de migrantes han llegado a México por la frontera sur procedentes de países de Centroamérica, y algunos más de Sudamérica. “Sabemos – se lee en la tarjeta informativa publicada por la arquidiócesis primada de México el 5 de octubre – que los principales motivos por los que las personas se ven obligadas a salir de sus lugares de origen son los conflictos generados por la inestabilidad política que termina en persecuciones a defensores de derechos humanos, las difíciles condiciones de vida, los altos niveles de violencia y la búsqueda de un mejor futuro para sus familias”.
Casas de Migrantes
Tras destacar que México ha vivido el fenómeno migratorio desde hace varios años, y que en los últimos años el flujo se ha incrementado de tal manera que ha generado una verdadera crisis humanitaria, se afirma que la Iglesia ha venido asistiendo esta situación a través de sus Casas de Migrantes atendidas por religiosas, religiosos y sacerdotes diocesanos, brindando servicios de alimentación, atención médica, primeros auxilios psicológicos, asesoría legal, entre otros.
Pedido de ayuda a las personas de buena voluntad
De ahí que hagan saber que actualmente sus casas de asistencia a migrantes están sirviendo a miles de personas y se encuentran “sobrepasadas”, por lo que, a través de la Pastoral de Movilidad Humana de la Arquidiócesis de México, a cargo del padre Juan Luis Carbajal, hacen un llamado a los diversos miembros de la sociedad y, especialmente, a los de la Iglesia: a las comunidades parroquiales, agentes de pastoral y fieles que tengan las posibilidades, apoyen con abrir más espacios de acogida. También llaman a las personas de buena voluntad a sumarse al voluntariado que se realiza en dichas casas; o bien, para brindar ayuda económica o en especies, de acuerdo a las necesidades de estos centros.
Agilizar los procesos legales
De la misma manera interpelan a las autoridades civiles, para agilizar los procesos legales para la estabilidad de las personas migrantes; otorgar visados humanitarios a fin de que puedan transitar libremente hacia su destino. Además de crear un mecanismo para valorar el derecho de asilo humanitario, antes de proceder a la deportación de las personas.
Y a la población en general, les piden ser sensibles y pacientes con quienes transitan por su territorio rumbo al vecino país del norte, y a considerar los enormes riesgos que corren al transitar en situación irregular.
Reconocimiento a los sacerdotes, religiosas, religiosos y voluntarios
Por otra parte, manifiestan su reconocimiento a los sacerdotes, religiosas, religiosos y voluntariado que se han mantenido fieles al llamado de Jesucristo: “Porque tuve hambre y ustedes me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su casa” (Mt 25, 34-35).
Por último agradecen el trabajo a la gran red que se ha construido junto a miembros de otras iglesias, organizaciones de la sociedad civil y de cooperación internacional para enfrentar este gran desafío.
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