López Romero: El deseo para 2024, un mundo que redescubra la fraternidad
Françoise Niamien - Ciudad del Vaticano
Lamentablemente, la Navidad de la familia diocesana de Rabat estuvo marcada por un "impulso de solidaridad, en la alegría de sentirse una Iglesia unida, en comunión y en salida, como nos pide a menudo el Papa Francisco", sin embargo, el cardenal Cristóbal López Romero, arzobispo de Rabat, en Marruecos, hace el dramático balance del año que está por terminar, condenando la violencia que, en todas sus formas, ha invadido el mundo.
El sufrimiento de los cristianos perseguidos
"Todos somos testigos de toda esta violencia que vive el mundo, causando tantas víctimas - dice a Radio Vaticano Vatican News - y desde Marruecos compartimos el dolor y vivimos con compasión y fraternidad la tragedia que están padeciendo las poblaciones de nuestros países hermanos que viven en el Sahel frente al terrorismo". Además, añade, "compartimos el dolor y el sufrimiento de nuestros hermanos cristianos, que son perseguidos, a veces secuestrados y lamentablemente asesinados".
La esperanza de un año de paz, hermandad y justicia
Ante el sufrimiento del mundo, el cardenal nos insta a implorar "al Príncipe de la Paz, Jesucristo" para que la paz arraigue en el mundo "y podamos vivir como hermanos y hermanas más allá de nacionalidades, religiones y a pesar de las diferencias". La esperanza para el nuevo año que se avecina es que los pueblos se enriquezcan con su diversidad para que podamos vivir el año 2024 "con la esperanza de un mundo de paz, en un clima de fraternidad, solidaridad y justicia".
Sínodo diocesano y terremoto en Marrakech
El cardenal salesiano recuerda que en la archidiócesis de Rabat el año 2023 estuvo marcado a nivel religioso por la clausura del sínodo diocesano, el 6 de noviembre, después de dos años y medio de trabajo. "Siguiendo a Cristo, ¿qué Iglesia queremos hoy para la diócesis de Rabat?" Fue la pregunta a la que respondieron todos los componentes de la Iglesia particular de Rabat durante los trabajos del Sínodo diocesano. Según el cardenal López Romero, las respuestas a esta pregunta han permitido a la comunidad local reafirmar que, siguiendo a Cristo, la Iglesia debe ser "una Iglesia de encuentro, que acoge, escucha y acompaña, que asegura la participación de todos". Además, también "una Iglesia que aprende y forma" y, frente a los desafíos medioambientales, "una Iglesia que respeta nuestra casa común y su entorno". El cardenal no deja de recordar la tragedia del terremoto del 9 de septiembre que azotó la región de Marrakech, en el sur del país, provocando al menos 2.500 muertos y miles de heridos. "Un triste acontecimiento ante el cual - informa - la Iglesia marroquí ha mostrado su solidaridad a través de las acciones de su Cáritas para ayudar a las víctimas del terremoto".
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