Urgente llamado a la paz de líderes religiosos de Chile
Felipe Herrera-Espaliat
Se unieron como muchas veces lo han hecho cuando Chile lo necesita. Los líderes de diversas confesiones religiosas alzaron en conjunto sus voces a través de una declaración pública para reflexionar acerca del estado de inseguridad social que ha cundido los últimos meses en el país sudamericano y que tiene a gran parte de la población local bajo temor permanente y creciente tensión, según dan cuenta los medios de comunicación nacionales.
El texto, que se propone como un aporte a la paz y al desarrollo armónico de la convivencia nacional, fue firmado por monseñor Fernando Chomali Garib, Arzobispo de Santiago y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, junto a los máximos representantes en el país de las iglesias ortodoxa, anglicana, evangélicas y pentecostales, además de líderes de las comunidades judía y musulmana.
Inseguridad y corrupción
El documento realiza un análisis del panorama social, marcado por el deterioro progresivo de las relaciones cívicas que, como consecuencia, dificulta el diálogo y reduce la capacidad de encontrar soluciones a los múltiples problemas que golpean a la nación. Entre estos, detalla la declaración, uno de los más urgentes es el “grave problema de la inseguridad”, dado el aumento ostensible de homicidios. “El desprecio por la vida, el atropello a la propiedad privada y a las leyes se ha convertido en algo habitual. La expansión de la droga y la presencia del crimen organizado, no conocido en Chile, está destruyendo los elementos esenciales de la vida ciudadana y en particular nuestros barrios, familias y nuestra juventud”, alerta el texto.
Los firmantes también denuncian “los innumerables casos de corrupción que han afectado de manera transversal a diversas instancias públicas y privadas, con escándalo de los ciudadanos, por el mal ejemplo y la deshonestidad, precisamente de aquellos que tienen un particular compromiso con el bien común”.
Crítica y exhortación al sistema político
Entre 2021 y 2023 el pueblo de Chile vivió dos procesos para elaborar una nueva Constitución que rigiera el Estado y, sin embargo, las propuestas de dos asambleas constituyentes elegidas democráticamente fueron rechazadas por amplias mayorías. Señalando estos fracasos y otras múltiples fragilidades cívicas la declaración plantea la necesidad de “dar un paso decisivo hacia una verdadera política de acuerdos y consensos, hacia un acuerdo nacional, que, dejando atrás visiones particulares, mire de verdad a Chile y se aboque a resolver los graves problemas sociales, económicos y políticos que enfrentamos”.
Pero el llamado no se reduce solo al mundo político, sino que se extiende a todos los ciudadanos, con el objetivo de “volver a las sendas del entendimiento y comprensión entre nosotros y trabajar por el progreso”, expresan los líderes religiosos, quienes a nombre de sus respectivas comunidades se manifiestan “dispuestos a colaborar, desde nuestra perspectiva, a este gran objetivo”.
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