Comunidades católicas contra la desigualdad en Paraguay

Alessandro Guarasci – Asunción

En Paraguay, al menos una de cada tres personas vive por debajo del umbral de la pobreza. El país se caracteriza por las desigualdades entre las clases sociales. Pero las comunidades religiosas del país son un fuerte antídoto contra todas las formas de exclusión. Las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida llegaron aquí en 1985 y desde entonces se han convertido en un punto de referencia para muchos.

Las actividades del Grupo India

El Grupo India, fundado en 1980 por el padre Mario Pesce, lleva a cabo proyectos de apoyo a distancia y ayuda humanitaria, y estos días lleva a algunos de sus benefactores a tocar con las manos las obras que se apoyan. Entre los beneficiados se encuentran las hermanas de Fernando de La Mora, una localidad de ciento ochenta mil habitantes situada en las afueras de Asunción, la capital de Paraguay.

Las tres monjas de la casa local nos reciben en plena noche y enseguida nos cuentan su vida cotidiana: dos escuelas en dos barrios diferentes de la ciudad, uno más acomodado y el otro menos, que acogen a unos doscientos sesenta niños, desde preescolar hasta primaria.

Drogas y alcohol entre los jóvenes

La hermana Paulina llegó de Tailandia y ahora conoce esta ciudad como si fuera su lugar de nacimiento. "Aquí también hay problemas con las drogas, la cocaína y el alcohol", dice.

También aquí, en Paraguay, la escuela es obligatoria, y las hermanas han establecido a lo largo de las décadas una excelente relación con las familias del barrio. Hoy pueden ofrecer un apoyo casi integral, empezando por la animación y el acompañamiento según el carisma de los colegios, la formación pastoral y la pastoral juvenil vocacional en parroquias y diócesis. Y también centros de formación para jóvenes y adultos, así como comedores repartidos por todo el territorio.

La espiritualidad de Juana Antida

Todo ello se basa en la espiritualidad de la religiosa Juana Antida Thouret, proclamada santa por Pío XI en 1934. Las hermanas de esta congregación subrayan que aún hoy, siguiendo el Evangelio, tras las huellas de Cristo, recorren los caminos y los países del mundo, al servicio de la misión de la Iglesia, la Iglesia de los pobres, la Iglesia de todos. Una reliquia de la santa se conserva en la casa de las hermanas, aquí mismo, en Fernando de la Mora.