Martinelli: La educación interreligiosa vuelve a la humanidad más fraterna
Vatican News
"La dimensión religiosa es una parte absolutamente constitutiva de la experiencia educativa. La religión, de hecho, penetra en el corazón de la experiencia antropológica, ya que concierne a la relación de cada persona con Dios, para colaborar con todos los hombres de buena voluntad por una sociedad más humana y fraterna". Lo afirmó Monseñor Paolo Martinelli, Vicario Apostólico de Arabia Meridional, en el encuentro “Convening of Champions. Ethics Education to Contribute to Global Citizenship and Build Inclusive and Peaceful Societies” que tuvo lugar en Abu Dabi del 23 al 25 de abril. El evento fue promovido, entre otros, por el Comité para la Fraternidad Humana y la Unesco.
Un profundo respeto por la diversidad
Monseñor Martinelli ha reiterado cómo el documento sobre la fraternidad humana firmado por el Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar Ahmad Al-Tayeeb, ha hecho hincapié en el concepto de "educación interreligiosa", que "está creciendo en la conciencia de los pueblos y de las religiones", informa la agencia Fides. "En el más profundo respeto de la diversidad", de hecho, "las religiones están llamadas a un camino compartido en el que los creyentes de diferentes confesiones aprenden a conocerse y respetarse, promoviendo juntos valores éticos y espirituales para el bien de la humanidad".
El ejemplo de las escuelas de los Emiratos
"La educación interreligiosa", además, "implica, en primer lugar, el reconocimiento de que todo ser humano es un ser religioso, creado para estar en relación con Dios y con los demás en la búsqueda del bien común. Una auténtica experiencia educativa debe formar el sentimiento religioso, es decir, a la referencia constitutiva al Dios trascendente, omnipotente, misericordioso y creador, que quiere que todos los fieles se traten como hermanos". En este sentido, añadió el prelado, "las escuelas públicas que el Vicariato Apostólico dirige en los Emiratos Árabes Unidos quieren convertirse en una humilde contribución a esta educación interreligiosa que forma a las nuevas generaciones a la colaboración y a la solidaridad entre todos".
Esperanza de un mundo de paz
"Las religiones tienen la tarea común de recordar a la humanidad la necesidad de ocuparse de las dimensiones religiosas y éticas de la vida. Sin Dios", de hecho, "el ser humano se vuelve inhumano". "Si toda experiencia educativa auténtica es", como se lee en la declaración de Abu Dhabi, "un acto de esperanza y un camino hacia el futuro, la educación interreligiosa comunica una esperanza aún mayor para toda la humanidad: la posibilidad de crear una sociedad más fraterna y humana, donde haya tolerancia, convivencia, solidaridad y amistad social". "Las nuevas generaciones -concluye monseñor Martinelli- piden a los adultos que sean testigos de que un mundo de paz es posible".
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