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La cárcel de la Giudecca en Venecia La cárcel de la Giudecca en Venecia  (AFP or licensors)

Falleció el capellán de la cárcel que acogió al Papa en Venecia

El padre Antonio Biancotto falleció a la edad de 66 años. Llevaba un par de semanas ingresado en el Hospital Civil debido al empeoramiento de la enfermedad incurable que lo afectaba desde hacía tiempo

Vatican News

Antonio Biancotto, el capellán de la cárcel que había recibido al Papa Francisco en el instituto penitenciario femenino de Giudecca, primera cita de su visita del 28 de abril a Venecia, falleció la noche del 3 de junio. El sacerdote tenía 66 años y llevaba un par de semanas ingresado en el Hospital Civil de Venecia debido al empeoramiento de la enfermedad incurable que le afectaba desde hacía tiempo.

Originario de Portegrandi, en Quarto d'Altino (Venecia), era sacerdote desde hacía casi 43 años, tras haber sido ordenado por el entonces Patriarca Marco Cè en 1981 en la Basílica della Salute veneciana.

Párroco en Mestre y luego en el centro de la ciudad, desde el 2005 estaba en Rialto. Su compromiso como capellán de la prisión masculina de Santa Maria Maggiore y, más recientemente, de la prisión femenina de Giudecca se remontaba al 1997. Desde el 2017 era coordinador triveneto de los capellanes penitenciarios y se había dedicado a la recuperación de las víctimas de la trata y la prostitución en las calles de Marghera.

El funeral será celebrado por el Patriarca Francesco Moraglia el lunes 10 de junio, a las 11 horas, en la iglesia de San Silvestro de Venecia. Posteriormente, el cuerpo del padre Biancotto será enterrado en el cementerio de Portegrandi.

En una entrevista concedida a Radio Vaticano - Vatican News en vísperas de la llegada del Papa Francisco, el padre Biancotto se alegraba de la decisión de instalar el pabellón de la Santa Sede para la Bienal de Venecia en el interior de la Giudecca: «Para las mujeres presas ha significado una atención extra a su condición, decía, que es la de quien vive esta experiencia de detención porque ha caído en el error, pero es también la condición de quien es pobre, marginado por nacimiento o por el contexto en el que vive.

«Los internos agradecen al Papa esta visita, que interpretan como una amabilidad hacia ellos por parte de un Pontífice que siempre se ha mostrado sensible al mundo penitenciario y con predilección por los últimos», añadía entonces el capellán, al comentar la llegada de Francisco a Laguna.

«Están muy atentos a estos gestos de humanidad y éste en particular, de que el Papa venga a visitarlos, los hace sentir parte de esta humanidad por derecho propio. La esperanza es que entonces, tal vez, también se puedan abrir las puertas de la cárcel para algunos de ellos, pensemos en el Jubileo del próximo año, como ya sucedió para el Jubileo de los Presos en 2016, cuando se obtuvo el indulto tras la petición del Papa de un acto de clemencia hacia los reclusos».

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05 junio 2024, 16:24