Prevención de adicciones: Es muy importante tejer relaciones sanas
Sebastián Sansón Ferrari - Vatican News
"Queremos que en todos lados donde el padecimiento vinculado con el consumo de sustancias va creciendo y dejando gente tan rota la Iglesia se organice como una familia que abraza. Este apoyo del Papa nos da una alegría enorme y nos entusiasma a seguir trabajando". Así se sintieron los integrantes de la Red Latinoamericana de Acompañamiento y Prevención de Adicciones (PLAPA) cuando el Santo Padre mencionó, en su última catequesis antes del verano, el trabajo de esta institución como un esfuerzo emprendido por la Iglesia en Latinoamérica para luchar contra el flagelo de la drogadicción. Lo cuenta el padre Carlos Olivero, sacerdote argentino, quien fue uno de los impulsores de la red.
En el Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas, el Papa Francisco pedía a todos los cristianos y comunidades eclesiales renovar su compromiso de oración y trabajo contra las sustancias psicoactivas.
La PLAPA nació como fruto de un encuentro convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) en forma virtual en febrero de 2023, en el que participaron referentes de más de 40 organizaciones eclesiales de 13 países de continente con el fin de abordar de manera global las problemáticas del consumo en las zonas más vulnerables de nuestra América Latina y el Caribe. Hasta ese momento, el fenómeno se abordaba de manera aislada y faltaba una articulación. De hecho, el estatuto de la red reconoce que la dependencia constituye un problema que afecta indistintamente, con independencia de la diversidad de geografías y contextos sociales, culturales, religiosos o etarios. Pese a las diferencias, rezaba el texto, "queremos organizarnos como red: compartir las experiencias, el entusiasmo y las dificultades".
"Entendimos que teníamos que reunir a todos", revela el presbítero, y por ello, entre otras acciones, elaboraron un documento de identidad para sentar las bases del movimiento. Según Olivero, hay elementos muy importantes en la organización de la comunidad: propone el modelo de escuelas abiertas, en la línea del sistema preventivo de Don Bosco, "que abracen la vida, que la reciban". También sugiere desarrollar clubes, sobre todo en los ambientes que carecen de oportunidades sanas para el tiempo libre.
El sacerdote asegura que algunas Conferencias Episcopales están "más adelantadas" en la respuesta a las necesidades relativas a la problemática, tales como la "Pastoral de la Sobriedad" en Brasil, la Comisión Nacional Pastoral de Adicciones y Drogadependencia en Argentina, entre otras. En cambio, otros Episcopados no tienen tan focalizado el tema, pero llevan adelante iniciativas en determinadas diócesis. "Lo importante acá es decir que la Iglesia tiene algo para hacer, porque si la respuesta queda solamente del lado de los especialistas, parecería que nuestras comunidades no tienen nada para hacer. Pero cuando se organizan y acompañan la vida, comparten el tiempo y se nutre ese lazo social, tienen muchísimo para ofrecer en el cuidado de la vida".
La PLAPA quiere plantear que "hay algo que nos es propio, que tiene que ver con la misión eclesial: acompañar a las personas que se van complicando y a los chicos antes de que se compliquen", sostiene Olivero.
Generemos ámbitos para la escucha
La Pastoral también se ocupa de ayudar a tantos jóvenes heridos, que no encuentran el sentido de la vida, atraviesan situaciones de dolor de distinto tipo y hallan un "refugio" en las drogas. El padre Olivero les dedica un mensaje especial, recordando que es muy importante buscar un referente para hablar, "alguna persona amorosa que pueda escuchar con respeto, sin juzgar". Asimismo, anima a generar espacios para la escucha.
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