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La Catedral del Buen Pastor de Singapur, la iglesia católica más antigua de la ciudad, construida en 1847, el 11 de septiembre de 2024. (AFP or licensors) La Catedral del Buen Pastor de Singapur, la iglesia católica más antigua de la ciudad, construida en 1847, el 11 de septiembre de 2024. (AFP or licensors)

En Singapur, un catolicismo cosmopolita con vitalidad espiritual y civil

Con una población de casi 400.000 habitantes que viven en un mosaico interreligioso y dentro de un modelo de armonía religiosa con normas estrictas promovido por las autoridades, la religión católica florece en la ciudad-estado visitada por Francisco. Esta contribuye a la excelencia educativa, a los sistemas sanitario y de beneficencia, y es muy activa en asuntos interreligiosos.

Delphine Allaire - Singapur

En la isla de las diez religiones oficiales, clasificada por el Pew Research Center como el país con mayor diversidad religiosa del mundo, el Pontífice argentino se encuentra con una Iglesia católica pequeña, dinámica y floreciente. Cerca de 400.000 fieles constituyen el 7% de la población, y mantienen un número inestimable de servicios sanitarios y educativos, legado de una centenaria historia misionera que trasciende el ámbito católico. Durante su estancia de 48 horas en Singapur, Francisco presidirá una misa en el estadio el jueves 12 de septiembre, para encontrarse con los fieles locales y regionales. Se esperan malasios, taiwaneses, hongkoneses, coreanos, esrilanqueses y vietnamitas entre los 50.000 participantes con entrada cuidadosamente comprada. El segundo acontecimiento puramente eclesial será un encuentro privado al día siguiente en la residencia de ancianos San Francisco Javier, donde se aloja durante su estancia, con el clero, los sacerdotes y las personas consagradas del micro-Estado, y los miembros de la conferencia episcopal que agrupa a Malasia, Singapur y Brunei.

Informe de Radio Vaticana

El antropólogo y teólogo católico Michel Chambon, coordinador de Isac, el Instituto de investigación sobre el catolicismo asiático, con sede en la Universidad Nacional de Singapur (NUS), arroja luz sobre la vitalidad histórica, espiritual e interreligiosa de la Iglesia católica en Singapur, y su desarrollo local y regional.


¿Qué representan los católicos de Singapur en el panorama multirreligioso de la ciudad-estado?

El cristianismo crece de forma constante y significativa en la sociedad singapurense. Antes, el catolicismo era la locomotora de este crecimiento, pero el protestantismo ha pasado a ocupar el primer lugar. En términos de poder relativo, el atractivo del cristianismo para la población singapurense crece a medida que disminuye el de las religiones tradicionales chinas. Los cristianos prestan servicios públicos en forma de escuelas, por lo que su influencia va más allá de la dimensión meramente numérica.

La cuestión de las cifras es compleja, porque a veces no se incluye en las estadísticas la gran presencia de trabajadores inmigrantes católicos, sobre todo filipinos, que suman 200.000 personas. Sin embargo, esta comunidad, que constituye una parte importante del tejido económico de Singapur, está muy involucrada en la Iglesia, ya que aportan vitalidad a las parroquias y movimientos, y son generosos con su tiempo y su dinero. 

¿Cómo llegó el catolicismo a Singapur?

El cristianismo está presente en la región desde los primeros siglos a través de la India. El propio Singapur apareció hace dos siglos. Antes, los cristianos pasaron por el Estrecho, sobre todo Francisco Javier, que se estableció en Malaca, al norte de lo que hoy es la ciudad-estado. Se han documentado una serie de huellas de pasos cristianos. Muy pronto, cuando los colonizadores de la Corona británica instauraron la ciudad-estado, pasaron por Singapur sacerdotes misioneros y ya había doce cristianos laicos cuando los británicos crearon la colonia. Algunos años más tarde, este pequeño núcleo hizo posible que miembros del clero vinieran a instalarse definitivamente en Singapur con un verdadero apoyo, tanto social como financiero, para poder vivir aquí.

A partir de este pequeño grupo de doce laicos, doce familias, el núcleo creció y se puso en marcha un esfuerzo de evangelización. La Iglesia fue adquiriendo cada vez más importancia. Al igual que en otras colonias británicas, como Hong Kong, las autoridades británicas se complacían en «subcontratar» los asuntos educativos, sociales y caritativos a la Iglesia católica. 

El catolicismo siguió creciendo en la ciudad-estado a lo largo de los siglos XIX y XX, a pesar de cierta tensión y violencia hacia sus seguidores. La fe católica era atractiva porque era la única que no se basaba en el origen étnico, a diferencia del hinduismo, considerado la religión de los indios o de las personas de origen indio; el islam, la religión de los malayos; o el taoísmo y el budismo, considerados intrínsecamente ligados a las personas de origen chino. A diferencia de las grandes tradiciones asiáticas, el cristianismo en general, y el catolicismo en particular, se está convirtiendo en una religión común en este crisol cultural singapurense.

¿Hay elementos de inculturación católica visibles en la ciudad-Estado?

Singapur sigue siendo en cierto modo una ciudad-estado colonial, que celebra esta dimensión por derecho propio. En 2023, como parte del consorcio de investigación que dirijo, llevamos a cabo un trabajo sobre María en las religiones asiáticas. Al contrario que en Corea, Vietnam, Filipinas e India, donde María adopta características locales en cuanto a vestimenta, rostros y peregrinaciones, en Singapur las tres formas de devoción mariana presentes en las capillas son europeas: Nuestra Señora de Fátima, Nuestra Señora de Lourdes y Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Esto es atípico. María sigue siendo una figura europea. Si tenemos en cuenta que Singapur se enorgullece de su herencia colonial y del éxito que la administración ha sabido aportar a la población local, en ese sentido, el lado europeo de María es realmente una inculturación en el contexto local. Por supuesto, hay ejemplos de María venerada por personas de religiones muy diferentes, como por ejemplo en la Iglesia de la Novena (Iglesia de Saint-Alphonse, comúnmente conocida como la Iglesia de la Novena), el único barrio que ha tomado el nombre de una iglesia católica. La capilla, con su icono de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, atrae a muchos hindúes y seguidores de otras prácticas que acuden a hacer un voto a María.

El catolicismo en Singapur no es solo algo introvertido, vuelto hacia la Europa que celebramos. También es poroso y abierto al intercambio. Los católicos locales están atentos a la presencia de otras religiones establecidas y celebran festivales como el Divali o todas las grandes fiestas públicas hindúes, budistas o taoístas. Pequeños rituales, marcas de respeto y honor, como el Año Nuevo chino, puntúan el año litúrgico y civil. Todos comparten la misma cultura social.

¿Cómo describir la vitalidad espiritual de esta Iglesia? ¿Está creciendo o se está imponiendo la secularización, como en otros centros urbanos de la rica Asia?

La secularización en Asia está arraigando sobre todo en Asia oriental, menos en el sudeste asiático, donde la religiosidad sigue siendo fuerte. Existe una verdadera vitalidad entre los católicos y en la Iglesia local. Todos los indicadores están en verde: el número de vocaciones, el dinero, la práctica. Sea cual sea su religión, los singapurenses son piadosos y practicantes. El reto es que se trata de una ciudad que construye su riqueza, a veces un poco en oposición al resto de la región. En la Iglesia de Hong Kong, Manila o Penang, existe una verdadera preocupación por la Iglesia de Asia en general. En Singapur, esta preocupación también está presente, pero a un nivel más individual y personal. 

¿Qué papel desempeña la Iglesia católica singapurense en el sudeste asiático y más allá, hacia China y Hong Kong?

La Iglesia de Singapur quedó traumatizada en 1987 por una operación policial del Gobierno que supuestamente tenía como objetivo a la Iglesia justo después de la visita del Papa Juan Pablo II. Hubo una operación de mano dura contra una red comunista en la que se encarceló a 22 trabajadores sociales católicos. Muchos lo interpretaron como una acción contra la Iglesia católica, contra su capacidad de movilización en cuestiones de justicia social. Hoy, el gobierno ha pasado página. Singapur es una ciudad internacional, preocupada por el equilibrio en la región. Pero la Iglesia local sigue traumatizada por los sucesos de 1987 y a veces se muestra reacia a desempeñar un papel regional. Comparada con Hong Kong, Bangkok, Manila o Penang, la Iglesia de Singapur no se atreve a reclamar responsabilidades por lo que hace. Incluso lo evita.

¿Qué papel desempeña la Iglesia en el diálogo interreligioso local?

El Estado se toma muy en serio las relaciones interreligiosas. Están relacionadas con el bienestar y la supervivencia del país. 

Todas las religiones reconocidas por el Estado están invitadas a participar y contribuir. Cuando el arzobispo de Singapur, William Goh, fue creado cardenal hace dos años, subrayó su deseo de apoyar el diálogo religioso. Hace ahora un año, creó un centro para el diálogo interreligioso. Los delegados de la diócesis son siempre muy visibles en las diversas reuniones oficiales sobre el diálogo interreligioso. Un cierto número de católicos son proactivos, en un diálogo más espontáneo y sencillo, interpersonal entre particulares. La Iglesia católica de Singapur es una de las mejores de la clase en cuanto a su compromiso con el diálogo interreligioso. Un matiz: desgraciadamente, la contrapartida de esta armonía interreligiosa a nivel constitucional no permite la aparición de grandes pensadores y teólogos del diálogo interreligioso en Singapur, como en otros países asiáticos como India o Mongolia. 

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12 septiembre 2024, 07:10