Neocardenal Bokalic acompañará al Papa en la Iglesia samaritana
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano
Para Monseñor Vicente Bokalic Iglic CM, recibir el anuncio de su próxima creación como Cardenal fue “una verdadera sorpresa”. El arzobispo de Santiago del Estero estaba plenamente centrado en su tarea de pastor conduciendo una diócesis extensa, una de las regiones más pobres de la Argentina, con una riqueza “muy linda” en relación con la piedad popular. Asimismo, se trata de una zona de múltiples carencias, tanto en el orden material como en los recursos humanos.
Bokalic, quien desde el 22 de julio ostenta el título de Primado de la Argentina por iniciativa del Santo Padre, revela que su jurisdicción siempre ha contado con la asistencia de otros sacerdotes, de congregaciones religiosas que acompañaban al clero local en la misión evangelizadora. “Por este motivo, estoy plenamente concentrado en esta actividad”, remarca.
El prelado recuerda que este año es especial para Santiago del Estero, puesto que fue canonizada Mama Antula, “una mujer santiagueña”, explica Bokalic. Según el neocardenal, se trata de un ejemplo que los conmovió y llenó de alegría: “Era algo para esperar, para rezar, porque nos hizo mucho bien como comunidad diocesana y nos inspiró”. En este contexto, le sorprendió el deseo del Pontífice de crearle cardenal.
Vivir la catolicidad en su sentido pleno, de servicio a la Iglesia universal
Al recibir el birrete cardenalicio, Bokalic ampliará su radio de acción y podrá servir desde sus limitaciones, acompañando el pastoreo del Papa Francisco con un sentido universal.
Como misionero vicentino, es consciente de la riqueza de la Iglesia universal que cuenta con misioneros en todas las latitudes. A partir de esta perspectiva, Bokalic se alegra por los viajes apostólicos del Obispo de Roma hacia los sitios más distantes. Allá se encuentran numerosas personas necesitadas de la animación, de la presencia del Pastor para confirmarlos en su fe.
Bokalic quiere seguir anunciando el Evangelio en los lugares más lejanos, en las periferias, donde la Iglesia recién está instalándose, echando raíces, donde hay grupos de cristianos que permanecen fieles al mensaje de Jesús, y requieren de un acompañamiento.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí