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Papa Francisco con el cardenal electo Mykola Bychok Papa Francisco con el cardenal electo Mykola Bychok 

Conozca al cardenal electo de Melbourne, Mykola Bychok

El cardenal electo Mykola Bychok, obispo de la Eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne para los católicos ucranianos de Australia, Nueva Zelanda y Oceanía, conversa con Vatican News acerca de su responsabilidad y fe en estos tiempos de guerra.

Deborah Castellano Lubov – Ciudad del Vaticano

“La paz en el mundo sólo llegará cuando la gente tenga paz en sus corazones, una verdadera paz que viene del amor de Cristo”.

En una amplia entrevista con Vatican News, el cardenal electo Mykola Bychok, de la Congregación del Santísimo Redentor y obispo de la Eparquía de los Santos Pedro y Pablo de Melbourne para los católicos ucranianos de Australia, Nueva Zelanda y Oceanía, expresó esta convicción, al tiempo en que destacó el papel de la Iglesia en la consecución de la paz en medio de las guerras en todo el mundo, especialmente, en su Ucrania natal.

Durante la conversación, el futuro cardenal de origen ucraniano habló sobre su propia espiritualidad, modelos de fe, y responsabilidad en este tiempo de guerra.

“La Iglesia debe ser proactiva en su rol de mediadora por una paz justa, no sólo en Ucrania, sino en el Oriente Medio y en otras partes del mundo afligidas por la guerra y el conflicto”, insistió el obispo.

El cardenal electo Bychok también reflexionó sobre cómo le han inspirado antiguos cardenales ucranianos, cuáles cree que deben ser las mayores prioridades de la Iglesia y cuáles son sus preocupaciones pastorales al servicio de sus fieles en Oceanía.

En el Angelus dominical el 6 de octubre, el Papa Francisco los nombró como uno de los 21 nuevos cardenales, lo cual lo convierte en el miembro más joven del Colegio Cardenalicio a la edad de 44 años.

Cardenal electo Mykola Bychok
Cardenal electo Mykola Bychok

Cardenal electo Bycho ¿Cómo recibió la noticia de que el Papa lo había nombrado cardenal y cómo ve usted su responsabilidad en este tiempo de guerra?

Recibí la noticia cuando estaba visitando nuestra parroquia en Brisbane. Ocurrió durante la cena, cuan mi teléfono estaba apagado. Cuando lo encendí nuevamente, recibí una avalancha de mensajes. Siendo honesto, al comienzo pensé que era una broma. Me ha tomado un tiempo asimilarlo.

Entiendo cuánta responsabilidad me ha confiado este nombramiento, responsabilidad por la vida y el futuro de toda nuestra Iglesia. Conociendo las dificultades que nuestros ucranianos están atravesando a causa de la guerra, continuaré informando al mundo católico sobre lo que está pasando en nuestra tierra y recordándoles constantemente a Ucrania.

“Conociendo las dificultades que nuestros ucranianos están atravesando a causa de la guerra, continuaré informando al mundo católico sobre lo que está pasando en nuestra tierra y recordándoles constantemente a Ucrania”

¿Qué experiencia pasada o presente lo ha preparado mejor para este papel de asesor y consejero del Santo Padre?

No estaba preparado en lo absoluto para este nombramiento. Es más, no estaba listo para ser un obispo durante el tiempo de formación en el seminario. No estábamos preparados para ser obispos o cardenales. Un cardenal en la Iglesia Católica es un nombramiento honorífico al servicio del Santo Padre, el Papa. Es un papel de consejero que requiere que esté atento a las necesidades de la Iglesia en el mundo hoy en día.

Actualmente, no sé cuál es el papel o la responsabilidad que el Papa me ha confiado y ha puesto sobre mis hombros, pero sé que habrá una gran oportunidad para tener contacto directo con el Papa. Me gustaría citar aquí a su Beatitud Sviatoslav (Shevchuk) -jefe de la iglesia greco-católica ucraniana-, que hablaremos con un solo corazón y una sola boca al Papa Francisco, a la Iglesia Católica, en el mundo, y a la comunidad mundial.

El Papa Francisco llama regularmente a que se ponga fin al sufrimiento de los mártires ucranianos ¿Qué se necesita, en su opinión, concretamente para trabajar por este objetivo?

 El domingo pasado, luego de la oración del Angelus, el Papa mencionó dos veces a los mártires de ucrania, expresando una profunda preocupación acerca de la situación del país. Hizo un llamamiento para evitar que los ucranianos mueran de frío, para detener los ataques aéreos en contra de la población civil, que es la que siempre sufre más, y basta ya de matar a inocentes.

La Santa Sede y el Papa han llevado a cabo muchas iniciativas buenas para detener la guerra. Como sabes, la Santa Sede se ha comprometido a liberar a los cautivos, a rezar por los que sufren y por los heridos, y por los que han desaparecido sin dejar rastro. Mucho se ha hecho, pero se podría hacer más en el futuro.

Mirando un momento a su espiritualidad, ¿cómo, personalmente, mantiene la fe y la esperanza a pesar de la desesperación? ¿Podría comentarnos sobre su propia espiritualidad y cómo descubrió su vocación?

Descubrí mi vocación para seguir a Cristo a la edad de 15 años, cuando aún continuaba en la escuela. La comunidad Redentorista me ayudó a reconocer mi vocación, dado que, era a su parroquia a donde yo asistía frecuentemente a los servicios religiosos. Posteriormente, comencé a servir y a viajar con los padres a misiones y retiros. El ejemplo de sus vidas y su gran celo en la predicación de la Palabra de Dios fue lo que influyó más en mí. Su abnegado servicio a Dios y a la gente me causó asombro y admiración, lo cual, más tarde, se convirtió en un ardiente deseo por ser uno de ellos.

A través de los relatos de mi primer maestro espiritual, el padre Mykhaylo Shevchyshyn, aprendí sobre los gigantes de nuestra Iglesia, el servicio de nuestros padres y hermanos en la Iglesia clandestina, y la resistencia y el valor en las circunstancias difíciles de ese tiempo. En cambio, mi segundo maestro spiritual, el padre Volodymyr Vons, quien era un representante de la generación más joven de los redentoristas, se convirtió en un vivo ejemplo de que uno puede dedicar su joven vida completamente a Dios. Hasta el día de hoy, la comunidad redentorista es de gran importancia para mí, como obispo y, en el futuro, como cardenal.

“A través de los relatos de mi primer maestro espiritual, el padre Mykhaylo Shevchyshyn, aprendí sobre los gigantes de nuestra Iglesia, el servicio de nuestros padres y hermanos en la Iglesia clandestina, y la resistencia y el valor en las circunstancias difíciles de ese tiempo”

Los cardenales ucranianos han dejado huella en la historia, pensando en particular en el cardenal Lubomyr Husar. ¿Existe algo en particular que los haya impresionado sobre su forma de guiar a los fieles o su manera de abordar las dificultades que enfrenta el país?

El cardenal Lubomyr Husar era una persona extraordinaria. Por un lado, él era el patriarca de la Iglesia greco-católica ucraniana y, por otro lado, era, también, un cardenal. Él siempre consiguió mantener la sencillez y accesibilidad. Hay una frase suya muy famosa, la cual me gustaría citar, “mi sueño en la vida es ser humano, pero no estoy 100 % seguro de los que significa serlo, aunque sigue siendo mi sueño y oración ser un humano bueno y normal”. Esas palabras del cardenal me ayudarán mucho en mi ministerio.

¿Cuáles son sus mayores preocupaciones pastorales en Australia, y qué considera que deberían ser las mayores prioridades de la Iglesia, en general?

Creo que hay dos prioridades. La primera me refleja a mí como un cardenal ucraniano. La Iglesia debe ser proactiva en su rol como mediadora de la paz, no sólo en Ucrania sino también en el Oriente Medio y otras partes del mundo afligidas por la guerra y el conflicto. En segundo lugar, debemos combatir la secularización. Como sacerdote al servicio de los Estados Unidos y como obispo en Australia, he visto cómo la secularización ha afectado a la sociedad y a la Iglesia.

Nosotros estamos llamados a ser misioneros para ayudar a la gente a redescubrir el amor de Dios y su Hijo, Jesucristo, así que ellos ven que la Iglesia es el lugar para conocer al Dios viviente de la forma más hermosa, a través de los Santos Sacramentos, la confesión y la Santa Comunión. Estos dos, por supuesto, están vinculados. La paz en el mundo sólo llegará cuando las personas tengan paz en sus corazones, una verdadera paz que viene del amor de Cristo.

“La Iglesia debe ser proactiva en su rol como mediadora de la paz, no sólo en Ucrania sino también en el Oriente Medio y otras partes del mundo afligidas por la guerra y el conflicto. En segundo lugar, debemos combatir la secularización”

Concretamente, ¿tiene alguna sugerencia sobre cómo hacer que la fe llegue a la gente?

En primer lugar, debemos mostrar a través de nuestras vidas a Cristo viviente, porque cuando los demás observen nuestras vidas, verán a través de nosotros, especialmente en aquellos países que son seculares. Ahí es especialmente importante que tengamos una conexión directa con Jesús, que los demás puedan redescubrir en nosotros.

Finalmente, con su nombramiento, usted se convertirá en el miembro más joven del Colegio Cardenalicio. Hablando de la juventud en la Iglesia, ¿cuál considera que es el mejor modo de mostrarle a los jóvenes que vale la pena seguir a Cristo, empoderándolos para que se eleven por encima de los mensajes contradictorios de la sociedad, que normalmente son indiferentes, seculares y, a veces, hostiles hacia la fe?

La mejor forma de presentarle a Cristo a los jóvenes, es siguiendo el ejemplo de Jesucristo en su vida personal, acercarse a las personas, especialmente a quienes se hayan abandonados y marginados.

“La mejor forma de presentarle a Cristo a los jóvenes, es siguiendo el ejemplo de Jesucristo en su vida personal, acercarse a las personas, especialmente a quienes se hayan abandonados y marginados”

¿Le gustaría añadir algo más?

El Papa quiere de nosotros, los cardenales designados, que seamos más servidores que eminencia. Que Dios nos ayude a cumplir con nuestras nuevas responsabilidades. Por favor, oren por nosotros.

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17 octubre 2024, 13:46