Episcopado mexicano rechaza el uso de la fuerza letal del ejército
Ariana Pernía Paolini – Ciudad del Vaticano
Luego de que el ejército mexicano causara la muerte de seis de migrantes al confundir el camión donde se movilizaban con el de un grupo delictivo, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), a través de la Dimensión Episcopal de la Pastoral Social de Movilidad Humana, rechazó este jueves “de manera enfática el uso desproporcionado de la fuerza letal por parte de agentes del Estado”.
La CEM aseveró en el pronunciamineto que la tragedia no se trata de un hecho aislado, sino de la “consecuencia de la militarización de la política migratoria, y una mayor presencia de fuerzas armadas en la frontera sur del país”; en este sentido, los obispos expresaron que en la nación existe un contexto de “de violación sistemática de derechos humanos”, por lo cual, “el Estado mexicano está obligado a realizar una investigación seria, imparcial y efectiva”.
Del mismo modo, la Conferencia solicitó al gobierno mexicano “adoptar medidas de no repetición para limitar la presencia de las Fuerzas Armadas en labores de orden público y en materia de control y revisión migratoria”, a fin de apelar por soluciones que sean alternativas a la “contención de las personas en situación migratoria irregular que entran al territorio nacional y la militarización de la frontera”.
Chiapas, el lugar del hecho
La Secretaría de la Defensa Nacional de México (SEDENA) expresó mediante un comunicado que el asesinato de los migrantes ocurrió mientras el Ejército Mexicano efectuaba reconocimientos terrestres en el tramo de Villa Comaltitlán-Huixtla, Chiapas, durante los cuales detectaron una camioneta que viajaba rápidamente y trató de evadir a los efectivos militares; detrás del vehículo se desplazaban dos camionetas más, las cuales, de acuerdo a los soldados, eran similares a “las que usan grupos delincuenciales” en Chiapas, México.
Así mismo, según la SEDENA, el “personal militar manifestó escuchar detonaciones, por lo que 2 elementos accionaron su armamento”, causando la muerte de seis migrantes, cuatro fallecieron en el acto y los otros dos en el Hospital General de Huixtla, Chis; en el vehículo se transportaban 33 inmigrantes de diversas nacionalidades, 10 de ellos resultaron heridos y el resto fue puesto a disposición del Instituto Nacional de Migración.
De acuerdo a un colectivo de grupos que trabajan en defensa de los derechos de los migrantes, Colectivo de Monitoreo Frontera Sur, en el siniestro “murieron 4 hombres adultos, una niña y una joven” y, entre los lesionados, se encuentran también menores de edad.
Así mismo, SEDENA informó que los efectivos militares que dispararon, fueron separados de sus funciones y “al ser un hecho donde se vieron afectados civiles, se hizo del conocimiento de la fiscalía general de la República para que realice las diligencias legales correspondientes”. Por su parte, la presidente, Claudia Sheinbaum, calificó el hecho como “lamentable” e informó que se inició una investigación sobre los militares implicados y sus superiores.
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