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"Con mucha sabiduría, prudencia y sensibilidad, espero que podamos construir nuestro país". (AFP) "Con mucha sabiduría, prudencia y sensibilidad, espero que podamos construir nuestro país". (AFP)

En Alepo, renace con cautela un rayo de esperanza

Alepo, la segunda ciudad de Siria, está bajo la administración del grupo islamista radical Hayat Tahrir al-Sham desde el 29 de noviembre. Sobre el terreno, ha vuelto la calma, regresan las personas que habían huido de la llegada de los rebeldes y se han reanudado los servicios cristianos.

Marine Henriot - Ciudad del Vaticano

"He venido a darle buenas noticias, me han tranquilizado", dice el hermano marista George Sabé, con el que nos pusimos en contacto en Alepo y que suena tranquilo y aliviado al otro lado del teléfono. "Nuestra vida cotidiana es muy parecida a la de antes de la llegada del grupo", afirma, "la gente está en la calle, todos los comercios están abiertos o casi, sólo las escuelas y las universidades aún no han reanudado sus actividades", y sobre todo, se alegra de decir, "hay una verdadera calma en la ciudad".    

Alepo, corazón económico de Siria, se encuentra desde hace diez días bajo la gestión de grupos rebeldes liderados por los islamistas radicales de Hayat Tahrir al-Sham (HTC), que trabajan para restablecer servicios básicos como el agua y la electricidad y el suministro de productos de primera necesidad como pan y alimentos. Poco a poco se está poniendo en marcha un modelo similar al "gobierno de salvación" establecido en su bastión de Idleb desde 2017. Los grupos rebeldes enumeran en sus páginas web los servicios ofrecidos a la población y explican cómo contactar con ellos, informa la agencia AFP. «Quieren relanzar la industria y tranquilizar a toda la población», explica la marista de Alepo.

Se está distribuyendo agua potable en varias partes de la ciudad, y la electricidad ha vuelto parcialmente. 


El destino de la minoría cristiana

Interrumpidas tras la toma de Alepo por el HTC, las celebraciones cristianas pudieron reanudarse para el segundo domingo de Adviento y la solemnidad de la Inmaculada Concepción. "Como en el Norte, se nos ha invitado a reanudar nuestras actividades. Hemos recibido confirmaciones de seguridad por parte de las autoridades", afirma el Hermano Sabé, “espero que seamos ciudadanos del mismo orden que todos los ciudadanos”, añade, “no queremos ser ciudadanos de segunda clase o protegidos, queremos ser realmente ciudadanos al mismo nivel que todos los demás”.

Cuando se le pregunta por la rapidez de la caída del régimen de Damasco y estas expectativas, el Hermano Sabé se muestra prudentemente positivo: "Es un comienzo. Ahora empieza una nueva fase. No digo que haya todo atisbo de esperanza, pero sí un atisbo mayor de esperanza. Con mucha sabiduría, prudencia y sensibilidad, espero que podamos construir nuestro país". 

 

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10 diciembre 2024, 13:39