Informe Fides, 13 misioneros asesinados en 2024
Paolo Affatato - Ciudad del Vaticano
Trece personas que dieron su vida hasta el derramamiento de sangre. Trece sacerdotes, religiosos y laicos bautizados que estaban comprometidos en el servicio pastoral en rincones remotos de la tierra. Trece personas que a menudo en silencio, lejos de los focos, llevaron a cabo con dedicación y sencillez la obra apostólica del anuncio del Evangelio, del don de los sacramentos y de la caridad.
El informe Fides
Como cada año, el informe de la Agencia Fides, órgano de las Obras Misionales Pontificias, presenta las historias de misioneros y agentes pastorales asesinados en todo el mundo. La agencia del Dicasterio para la Evangelización, en su labor de seguimiento de quienes han dado su vida mientras estaban comprometidos en el servicio a la Iglesia desde la fe, considera un horizonte más amplio y registra a todos los católicos comprometidos de alguna manera en obras pastorales y actividades eclesiales que han muerto de forma violenta, aunque no sea exactamente «en odio a la fe». Por ello, el dossier prefiere no utilizar el término «mártires», salvo en su acepción etimológica de «testigos», para no entrar en el juicio que la Iglesia pueda eventualmente emitir sobre algunos de ellos a través de procesos de canonización.
El mapa de la violencia
Según datos verificados por la Agencia Fides, ocho sacerdotes y cinco laicos fueron asesinados en el mundo en 2024. Seis de ellos perdieron la vida en África y cinco en América, dos continentes que, en los últimos años, «se han alternado a la cabeza de esta trágica lista», explica el informe. En concreto, en África fueron asesinados dos sacerdotes en Sudáfrica y uno en Camerún, un catequista y un voluntario en Burkina Faso, y un laico en la República Democrática del Congo. En el continente americano, un sacerdote fue asesinado en Colombia, uno en Ecuador, otro en México. También han muerto a tiros laicos: un trabajador parroquial en Brasil, un laico en Honduras. Europa también está en la lista: en España Juan Antonio Llorente, fraile franciscano de la Inmaculada Concepción, fue asesinado en el monasterio donde vivía en Gilet. En Polonia, en cambio, murió el padre Lech Lachowicz, de 72 años, atacado por un hombre que irrumpió en la rectoría armado con un hacha. En 2024, ningún misionero fue asesinado en Asia, pero hay varias naciones del vasto continente donde los agentes de pastoral han arriesgado su vida o han resultado gravemente heridos a causa de conflictos, disturbios o delincuencia.
Compromiso misionero
A partir de las informaciones verificadas y publicadas por la Agencia Fides, las biografías de las víctimas revelan imágenes de la vida cotidiana en contextos a menudo marcados por la violencia, la miseria, la opresión y la inseguridad. Es el caso de Juan Antonio López, coordinador de la pastoral social de la diócesis de Truijllo y miembro fundador de la pastoral de ecología integral en Honduras, una persona conocida por su compromiso con la justicia social, «que sacaba fuerzas y coraje de su fe cristiana», leemos. El asesinato de López, que había denunciado supuestos vínculos entre miembros de la administración municipal de Tocoa y el crimen organizado, se enmarca en un contexto de creciente represión contra los defensores de los derechos humanos en Honduras. El Papa Francisco, durante el Ángelus del 22 de septiembre, subrayó la importancia de proteger a quienes defienden la justicia y «trabajan por el bien común en respuesta al clamor de los pobres y de la tierra».
Desde el comienzo del Milenio: 608 mártires
La lista de los trece asesinados en 2024 se suma al total de misioneros y agentes de pastoral que han dado su vida: desde el año 2000 son 608 personas, señala Fides. «Estos hermanos y hermanas pueden parecer fracasados, pero hoy vemos que no es así. Ahora como entonces, de hecho, la semilla de sus sacrificios, que parece morir, germina, da fruto, porque Dios a través de ellos sigue obrando maravillas, cambiando los corazones y salvando a los hombres», recordó el Papa Francisco el 26 de diciembre de 2023, fiesta litúrgica de San Esteban Protomártir.
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