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Moroni: Hacemos todo lo posible para desarmar los corazones Moroni: Hacemos todo lo posible para desarmar los corazones  

Moroni: Hacemos todo lo posible para desarmar los corazones

El custodio del Sacro Convento de Asís, recién reconfirmado por un segundo cuatrienio, habla a los medios vaticanos sobre el compromiso de los frailes menores conventuales para el Año Santo y reitera la invitación del Papa Francisco a la cancelación de las deudas, especialmente aquellas que pesan sobre los países más pobres: la paz no es el sentido de la victoria, sino la elección de la reconciliación

Tiziana Campisi – Ciudad del Vaticano

Asís también es uno de los destinos para los peregrinos del Jubileo inaugurado por el Papa Francisco en la noche de Navidad. En la Basílica de San Francisco, los frailes menores conventuales del Sacro Convento, que custodian la tumba del patrón de Italia, están listos para acoger a fieles, devotos y turistas.

Este año, además de promover el mensaje de paz de San Francisco, los religiosos franciscanos quieren comprometerse a relanzar la invitación del Papa, hecha con motivo del Año Santo, para la condonación de la deuda de los países más pobres. Así lo explica a los medios vaticanos el fraile Marco Moroni, recién confirmado para un segundo período de cuatro años como custodio del Sacro Convento, quien la noche del 31 de diciembre presidió la vigilia de oración por la paz en la Basílica de San Francisco, renovando así su llamado a la armonía entre los pueblos del mundo.

El Jubileo acaba de comenzar. Ustedes, los franciscanos del Sacro Convento de Asís, ¿cómo se han preparado para vivirlo?

Nos preparamos abriendo nuestros corazones, intentando vivir primero nosotros este momento de reconciliación y de retorno al Señor a través de nuestra vida comunitaria y el servicio diario en la Basílica. Intentamos acoger, de la manera más sencilla y fraterna posible, a los numerosos peregrinos que esperamos. Sabemos, y ya lo hemos comprobado, que además de Roma, Asís será uno de los destinos de las peregrinaciones. Por lo tanto, intentaremos hacer lo mejor posible lo que habitualmente ya hacemos: la acogida, las confesiones, el diálogo con quienes llegan, transmitiendo la alegría franciscana y el amor del Señor de una manera muy sencilla, sin eventos especiales, pero haciendo bien lo que estamos llamados a hacer.

“Peregrinos de esperanza” es el lema de este Jubileo ordinario. Desde Asís y San Francisco, ¿qué mensaje de aliento se puede dar a los creyentes para este nuevo año?

Sin duda, podemos tomar a San Francisco como ejemplo y modelo de peregrino. Él lo fue mucho, viajando extensamente, deseando ir a Tierra Santa y visitando los lugares clásicos de peregrinación de su tiempo. Es el ejemplo de alguien que emprende el camino sin nada, confiando únicamente en el amor y la fuerza del Señor. La esperanza está en Él. En el mundo hay muchas esperanzas mal orientadas que, como dice el Papa Francisco, son más ilusiones que esperanzas, y estas ilusiones conducen a decepciones. Si ponemos nuestra esperanza en el Señor, todo cambia. San Francisco y el Papa Francisco nos lo recuerdan claramente.

Francisco, el santo de la paz, y Asís, su ciudad natal, son lugares de oración desde donde, en 1986, se difundió el espíritu de Asís. ¿Cómo podemos comprometernos hoy con la paz en el mundo?

Nos esforzamos por conseguir la paz, en primer lugar, tratando de pacificar nuestros corazones. Esto es necesario y la oración también. Y después son necesarios pasos, incluso muy concretos, de distensión, de diálogo, en nuestra vida cotidiana y, en la medida de nuestras posibilidades, también en los niveles más altos. Desde Asís difundimos a menudo mensajes de reconciliación y de paz, intentamos llegar incluso a los poderosos, de alguna manera, para transmitirles este anhelo, esta necesidad, sabiendo que a menudo se confunde la paz con la victoria o con la afirmación del propio grupo para que todos estén en paz.

“La paz, en cambio, es algo mucho más profundo, que necesita realmente de la reconciliación. Necesita el perdón, que es una palabra típicamente cristiana que corremos el riesgo de olvidar, pero que es precisamente la clave para que seamos capaces de extender los brazos hacia el hermano y también hacia el hermano considerado adversario o incluso enemigo. Podemos esperar un futuro de paz si interpretamos la paz como la realización de todo bien, de todo bien para todos y no sólo para algunos”

¿Cómo se entrelazan el Jubileo y el compromiso con la paz?

Desde Asís, hemos lanzado un llamado inspirado por el padre Alex Zanotelli, agrupando varias organizaciones en favor de la condonación de la deuda. El Papa Francisco también destacó este tema en su mensaje para el 1 de enero, la Jornada de la Paz. Lamentablemente, hoy la deuda de los países pobres ha aumentado, no sólo con otros países, sino también con multinacionales que estrangulan la vida de muchas personas. Es necesario dar pasos concretos en este sentido. Al recitar “Perdona nuestras deudas” en el Padre Nuestro, también prometemos “como también nosotros perdonamos a nuestros deudores”. Esto aplica tanto a nivel personal como social.

Ustedes, los franciscanos, se están preparando para celebrar el octavo centenario de la muerte de San Francisco en el 2026, culminación de otros centenarios celebrados en años anteriores. ¿Cuánto más debemos aprender del Pobrecillo de Asís?

Realmente debemos aprender mucho. En primer lugar, nosotros los frailes, porque llevamos el título de frailes franciscanos, frailes menores, menores conventuales, vinculados a Francisco y a su ejemplo, pero si nos comparamos con él, descubrimos que nuestros corazones están siempre necesitados de conversión. Francisco se puso en camino por las sendas del Señor, recorrió los caminos de su tiempo, se encontró con los hombres y mujeres de su tiempo, convirtiéndose en embajador de la paz, de la reconciliación, de la alegría perfecta, que no es la alegría de quién sabe qué éxito alcanzado, sino que es la alegría del éxito sobre uno mismo, el hecho de haber alejado de uno mismo todo sentimiento negativo, toda maldad, toda necesidad de sobresalir.

“Yo diría que el aspecto de la fraternidad – que es propio de Francisco – y el aspecto de la minoridad – nos llamamos hermanos menores – son dos elementos sustanciales: ser hermanos, todos hermanos – nos lo ha recordado el Papa Francisco con su encíclica firmada aquí mismo, en la tumba de Francisco – y hermanos menores. Es algo que el mundo apenas entiende y quizá a nosotros también nos cueste entender, donde menor significa estar sujetos a toda criatura humana, dice Francisco, ser verdaderamente los últimos, los que no tienen privilegios, los que no quieren tener la sartén por el mango respecto a los demás”

Usted ha sido confirmado para un segundo mandato como custodio del Sacro Convento de Asís. ¿Cómo afrontará este nuevo cuatrienio?

Es un servicio de gran responsabilidad, muy complejo, porque hay que tener en cuenta muchos elementos diferentes. Hay una comunidad que cuidar, animar y amar, la comunidad de frailes, y está el aspecto más pastoral, la evangelización de la Basílica, de ahí todo lo que concierne a los diversos programas, actividades. Luego está la relación con el territorio y con las instituciones, con tantas personas de la Iglesia y de la sociedad civil, las instituciones gubernamentales. Hay tantos elementos diferentes que el custodio debe cuidar, de hecho, debe llevar adelante, así como ser el garante, de alguna manera, de esta custodia no sólo de la tumba, sino también del mensaje de Francisco. Entonces, es realmente una gran responsabilidad y esto me hace sentir aún más pequeño, necesitado de ayuda y, digo lo que suele decir el Papa Francisco al final de cada encuentro: recen por mí, que realmente lo necesito. Espero, a través de mis cualidades – pocas – y también de mis dificultades, hacer todo lo posible para que el nombre de Francisco, en estos años tan especiales, sea resaltado por el bien de todos, por el bien de la Iglesia, para llevar el mensaje del Evangelio.

“Francisco y sus hermanos son instrumentos para la difusión del Evangelio. Nos estamos preparando para el 2026, que es el punto culminante, el de la Pascua de Francisco o la muerte de Francisco – preferimos, nos gusta decir, la Pascua de Francisco, es decir, el momento del paso al Padre – después de una vida de entrega, de amor, de amistad, de fraternidad”

Y este año 2025 que comenzamos, el año en que también conmemoramos otro centenario, el octavo centenario del Cántico de las Criaturas, a menudo confundido con un manifiesto ecológico, pero en realidad una oración y una alabanza muy alta al Dios Altísimo y Supremo, el Todopoderoso y Buen Señor. Es una alabanza a través de las criaturas. Pero está también, luego, la última parte para profundizar más y más, cuando Francisco dice: bienaventurados los que perdonan, bienaventurados los que mueren en tu santísima voluntad. Está el tema del perdón, de la reconciliación, el tema del sufrimiento que hay que llevar con dignidad, y está también el tema de la muerte vivida como hermana. Cosas importantes, e intentaremos en este año dar cuerpo también a estas reflexiones.

¿Cuál es el mensaje de paz que quiere transmitir desde Asís a todo el mundo?

Hagamos todo lo posible para desarmarnos, para eliminar cualquier sentimiento de venganza. Empezando por nuestros corazones, nuestros individuos, nuestras familias, las pequeñas células de nuestra sociedad. Hagamos todo lo posible para empezar por nosotros. Yo diría, empecemos por lo pequeño para desafiar a los poderosos, para que ellos también comprendan que se puede hacer la paz. Francisco lo ha conseguido.

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02 enero 2025, 11:37