CELAM. Encuentro Regional Caribe. Monseñor Burgos: migración y justicia social

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«Este encuentro nos llena de alegría y regocijo porque nos permite acoger a nuestros hermanos caribeños y continuar nuestra misión profética en clave sinodal. Reflexionar juntos sobre nuestra misión fortalece nuestro compromiso de irradiar el Evangelio dentro y fuera de nuestras fronteras», expresó monseñor Faustino Burgos, secretario general del Episcopado Dominicano y obispo de la diócesis de Baní, en su participación en el Tercer Encuentro Regional de países del Caribe, convocado por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (CELAM) que se viene desarrollando del 17 al 21 de marzo, en la isla de Santo Domingo.

Migración y xenofobia: un llamado a la integración

En diálogo con ADN CELAM, el Obispo de Baní se refirió también a otros temas propiamente de su país República Dominicana. Inició hablando sobre las crecientes tensiones migratorias, al respecto reseñó que la Iglesia sigue al frente promoviendo el respeto, la solidaridad y la integración de los migrantes, especialmente los haitianos.

«Aunque existen grupos xenófobos, debemos recordar que la economía dominicana se ha beneficiado significativamente de la mano de obra inmigrante”. Citando al Papa Francisco recordó que la invitación es animar y vivir los cuatro verbos claves en esta misión: acoger, proteger, integrar y promover.

Además, llamó la atención de la sociedad para que entienda el tema de la migración no como un problema sino como un proceso natural, resaltando que «Cristo fue inmigrante junto con su familia, y debemos seguir su ejemplo de acogida y fraternidad».

Corrupción y ética política: el papel de la Iglesia

Al referirse al tema de la corrupción y la debilidad institucional en este país, monseñor Burgos observó que es deber de la Iglesia denunciar estas malas prácticas y promover una cultura de la transparencia. Agregando que, la Iglesia tiene que ser promotora de estos valores y no callar permitiendo que clases políticas y legisladores sigan promoviendo leyes que favorezcan la impunidad y la corrupción.

«Debemos ser una voz profética de denuncia contra el pecado y sus secuelas, como la corrupción y la impunidad. La Iglesia debe fomentar valores como la honestidad y la solidaridad, además de exigir un régimen de consecuencias para quienes infringen la ley», sostuvo.

Un momento del encuentro

Juventud y violencia: estrategias para la prevención

El Prelado también advirtió sobre la urgente necesidad de generar oportunidades para los jóvenes como una manera de prevenir la delincuencia. Al respecto, habló de la importancia de crear programas educativos y de reinserción social promovidos por la Iglesia.

«En nuestra diócesis de Baní, implementamos el programa ‘Aprendiendo a Querer’, que involucra a estudiantes, docentes, familias y comunidades. Estas iniciativas han demostrado reducir la violencia escolar, el bullying y los embarazos no deseados en adolescentes», explicó.

Cuidado del medioambiente: un compromiso de la Iglesia

Con respecto a los desafíos medioambientales en República Dominicana, monseñor Burgos exaltó el trabajo que viene haciendo la delegación de la Pastoral Ecológica liderada por monseñor Carlos Tomás Morel Diplán, obispo de La Vega.

«Actualmente enfrentamos conflictos con empresas mineras que buscan explotar recursos naturales. La Iglesia exige el respeto al medioambiente, la protección de las cuencas hidrográficas y la reubicación digna de las comunidades afectadas», aseveró.

Finalmente, reiteró el compromiso de la Iglesia en promover el diálogo entre comunidades, empresas y el Estado, garantizando con ello un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación de la casa común.

Sobre encuentro regional caribe 2025

Este tercer Encuentro Regional Caribe, promovido por el Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño, reúne a 31 representantes de la Iglesia en la región con el propósito firme de reflexionar sobre los principales desafíos pastorales y sociales que enfrenta el Caribe. Además, busca fortalecer el compromiso de la Iglesia con la sinodalidad, la justicia social y el cuidado de la Casa Común.