Santa misa y gesto en memoria de desaparecidos en México
Sebastián Sansón Ferrari - Ciudad del Vaticano
"Generemos una amistad social basada en la capacidad de escuchar y la amabilidad hacia todos, sin ideologías". Esta es una de las peticiones de Monseñor Javier Acero, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, durante la misa por las personas desaparecidas y las familias buscadoras. En este acto de sensibilidad, realizado el sábado 15 de marzo en la Catedral Metropolitana, tras el descubrimiento de un campo de exterminio en Teuchitlán y en otras zonas del país, el prelado agradeció a las familias buscadoras por demostrar que "el amor es capaz de convocar, dialogar y abrazar en tiempos de ideologías y conflictos bélicos".
En su homilía, Acero invitó a "mancharnos las manos" para convertirnos en artesanos de la paz, instando a vernos con la misma ternura y misericordia que Dios, y a ayudar a las familias que "viven estas guerras de desaparición y tortura en todo el país". "La llamada a la paz –afirmó–, desde la no violencia, la lanzamos desde esta Catedral a todos los habitantes de nuestro querido México".
Como resalta el periódico Desde la Fe de la Arquidiócesis, el pastor ha acompañado a las familias buscadoras para tender puentes entre ellas y las autoridades. Además, los participantes trazaron líneas blancas en la plancha del Zócalo de la Ciudad de México para representar el terreno del Rancho Izaguirre en Teuchitlán, un centro de reclutamiento y exterminio de personas descubierto por Guerreros Buscadores.
En ese mismo lugar, colocaron velas, simbolizando "hermandad, amor, justicia y paz", que fueron los principales clamores de la vigilia en honor a los desaparecidos de todo el país, organizada por colectivos de familias buscadoras. Estas familias tuvieron la oportunidad de compartir sus casos frente a cientos de personas.
"Zapatos, velas y flores", agrega la nota de Desde la Fe, fueron colocados y encendidos por familiares y personas solidarias, quienes se unieron al dolor de las familias a través de oraciones, abrazos y lágrimas.
Las familias buscadoras hicieron un llamado a Claudia Sheinbaum, Presidenta de México, pues ante la omisión del Estado, "ellas han asumido la responsabilidad y carga de la búsqueda, y han encontrado lugares inimaginables como el rancho de Teuchitlán, que no es el único ni el primero", aseguraron los colectivos.
Caminar en oración y en la búsqueda de justicia
Diversas instituciones católicas han expresado su indignación ante el descubrimiento del campo de exterminio en Teuchitlán y han reafirmado su apoyo a los colectivos de búsqueda. La Conferencia de Superiores Mayores de Religiosos de México, por ejemplo, les envió un mensaje de solidaridad y ora "para que la tristeza y la incertidumbre que genera no saber nada de sus familiares sigan impulsándolos, para que el dolor, la indignación y la rabia que legítimamente sienten continúen motivándolos a formar y sostener los colectivos de búsqueda".
En una publicación en su página de Facebook, expresan su conmoción por la fuerza, el aprendizaje, los conocimientos y la valentía con la que actúan incansablemente para alcanzar sus objetivos. Para la vida consagrada de la nación, son un "testimonio viviente del Evangelio, que nos invita a un mayor compromiso con la justicia y la paz". "Queremos seguir caminando a su lado. '¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! ¿Por qué los buscamos? ¡Porque los amamos!'", afirman.
Por su parte, la Comunidad de Vida Cristiana en México (CVX) se ha unido al luto de las familias buscadoras y camina en oración por todas las víctimas. Además, piden a las autoridades competentes, en cumplimiento de su responsabilidad de garantizar la seguridad de la población, que activen de inmediato las acciones necesarias para esclarecer los hechos, llegar a la verdad y deslindar responsabilidades, con el fin de recuperar el derecho a vivir con justicia, paz y dignidad.
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