Obispo de Goma: La gente no tiene medios, pero hay solidaridad
Christian Losambe – Ciudad del Vaticano
El conflicto armado entre las fuerzas gubernamentales y los rebeldes del M23, apoyados por Ruanda, sigue causando estragos en el este de la República Democrática del Congo, especialmente en las ciudades de Goma y Bukavu, así como en sus respectivos alrededores.
A pesar de los numerosos intentos infructuosos de diálogo para llegar a una solución pacífica entre las dos partes en conflicto, «la situación no parece cambiar mucho», lamenta el obispo de Goma, monseñor Willy Ngumbi Ngengele, que sin embargo alaba el valor y la determinación con que la población está afrontando esta tragedia que dura ya más de tres décadas.
Las conversaciones entre Kinshasa y el M23, previstas para hoy, se cancelaron después de que el grupo armado anunciara que no participaría en las «conversaciones de paz» de Luanda, a diferencia de Kinshasa, que sí había confirmado su participación. Ante tal contexto de desesperación, preocupación y precarias condiciones de vida, el obispo instó a los cristianos de Goma a aprovechar la Cuaresma como un «tiempo de gracia que invita a la esperanza, pero también a la conversión y al perdón».
También se une al llamamiento por la paz y el desarme lanzado por el Papa Francisco en su carta al director del diario italiano Corriere della Sera, Luciano Fontana. Para el obispo de Goma, la guerra no es la solución a este conflicto, sino que hay que insistir «en el diálogo, ya que es la única manera de lograr la paz y la seguridad en la República Democrática del Congo en general y en Goma en particular».
Excelencia, ¿cómo describiría la situación actual en Goma, ciudad conquistada por el M23 el 28 de enero del 2025?
La situación no ha cambiado mucho. La única diferencia es que la guerra ya no está en Goma, sino que se ha trasladado a otras partes de la diócesis. Hoy, por ejemplo, una de nuestras parroquias de Walikale, a 250 kilómetros de la ciudad, se ha visto amenazada por la entrada de tropas del M23/AFC.
El resultado es que la gente vive cada vez más en un estado de psicosis. Además, los problemas de seguridad siguen siendo preocupantes, con secuestros, asesinatos y la imposibilidad de dormir por la noche debido a que bandidos armados entran en las casas para extorsionar y saquear.
Desde el 5 de marzo, la Iglesia católica ha iniciado el camino hacia la Pascua con el tiempo de Cuaresma. ¿Puede describirnos cómo viven los fieles este período de intensa preparación espiritual, especialmente en este contexto tan difícil y duro?
El 5 de marzo celebré la Eucaristía de las Cenizas en la catedral y me sorprendió gratamente ver que la iglesia estaba abarrotada: los cristianos acudieron en gran número para comenzar el santo tiempo de Cuaresma. En todas las parroquias de la ciudad el ambiente era el mismo, a pesar de la difícil situación económica y de seguridad.
Como saben, desde la caída de Goma a finales de enero, los bancos han cerrado y ya no funciona ninguna institución financiera. La población, sobre todo los comerciantes, se ve privada de medios de subsistencia. Además, los funcionarios ya no cobran sus sueldos y los padres tienen dificultades para pagar los gastos escolares de sus hijos. Por tanto, la pobreza ha aumentado drásticamente
Sin embargo, los cristianos han comenzado bien la Cuaresma. Para nosotros, este tiempo litúrgico adquiere un significado especial, porque nos invita a esperar un futuro mejor, un futuro de paz.
Con la escalada del conflicto y los continuos enfrentamientos que provocan desplazamientos masivos de población, ¿cómo viven su fe los cristianos de Goma en estos momentos?
En general, la gente vive con miedo y angustia, ya que las nuevas autoridades han adoptado métodos demasiado drásticos para restablecer la seguridad. Pero lo que aprecio en los cristianos es su espíritu de solidaridad, sobre todo con los más pobres, especialmente los desplazados por la guerra, que son en su mayoría familias de militares.
Además, los fieles organizan peregrinaciones – excepto aquí en Goma, por razones obvias – e intentamos organizar ejercicios espirituales en las parroquias. Vemos que los cristianos siguen perseverando en la fe y permanecen unidos entre sí.
En su mensaje para la Cuaresma del 2025, el Papa retomó el tema del Jubileo, Peregrinos de la esperanza, invitando a toda la Iglesia a una renovación interior. ¿Cómo acompaña la Iglesia local a los cristianos de Goma para que vivan este tiempo en una perspectiva de esperanza y vean este Año Santo como un año de gracia?
Desde el comienzo de la Cuaresma, con el centro pastoral diocesano hemos formado grupos de animadores pastorales que van a las parroquias con los párrocos para organizar campañas de evangelización, que tanta falta nos hacen en estos momentos.
Muchas personas participan en ellas, abordando temas difíciles como el amor al enemigo, el perdón y el compartir. Estas campañas están teniendo un gran éxito. Elegimos esta vía para ayudar a la gente a renovarse interiormente, porque el tiempo de Cuaresma es un tiempo de conversión, de vida fraterna a pesar de las dificultades actuales.
Las negociaciones entre la RDC y el M23 en Luanda debían reanudarse el martes, pero se suspendieron debido a la retirada de este último. ¿Cree que el proceso de diálogo puede devolver una situación más pacífica?
Para nosotros, la Cuaresma es también un tiempo de esperanza y de fe en las promesas del Señor, pero también en la posibilidad de restablecer la paz y la unidad en un país hoy dividido. El diálogo es una de las herramientas fundamentales para resolver los problemas que estamos viviendo. Por esta razón, la noticia de la cancelación de las conversaciones de Luanda fue una gran decepción.
¿Desea añadir un mensaje final?
La población de Goma lleva mucho tiempo sufriendo, sobre todo a causa de la crisis económica y humanitaria. Pedimos a todos nuestros hermanos y hermanas que nos apoyen con la oración, pero también con ayuda material y financiera. También pedimos a los dirigentes políticos que fomenten el diálogo para restablecer la seguridad y la unidad en nuestra región y en toda la República Democrática del Congo.
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