El Congreso argentino vota sobre la ampliación de la ley del aborto

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

El proyecto de ley que busca despenalizar y legalizar la interrupción voluntaria del embarazo en Argentina, hasta la semana número 14; se debate el 13 de junio en la Cámara de Diputados, en una sesión que empieza a las 11 de la mañana, hora local, y que podría llegar a extenderse durante 20 horas.

Si bien la decisión final deberá ser revisada posteriormente por el Senado, se trata de un acontecimiento que ha desencadenado un fuerte debate social, porque es la primera vez en la historia del país que esta iniciativa logra pasar a trámite parlamentario, después de seis intentos y siete años de espera.

Sociedad enfrentada a favor y en contra

A lo largo de las últimas semanas, se han producido varias manifestaciones a favor y en contra de la despenalización del aborto.

Al respecto, la voz de la Iglesia como defensora de los derechos humanos y de la dignidad de la persona, que apoya la vida desde el momento de la concepción hasta su muerte natural; ha mostrado su gran preocupación por la tensión social que vive el país, insistiendo en la necesidad de replantearse, como sociedad, "las graves consecuencias que tendría la aprobación de dicha modificación de la actual Ley" y propone, en su lugar, la consideración de que "Toda Vida Vale".

La Iglesia defiende el valor de toda vida

Y en este contexto, destaca, el comunicado emitido por la Conferencia Episcopal argentina, el 20 de abril de 2018; tras el cierre de su semana de deliberaciones, el cual ratifica la posición de la Iglesia en contra de la despenalización del aborto.

Por ello, en el marco de las votaciones que se están llevando a cabo en el Congreso, resuena la declaración de los obispos que señalan: "ojalá podamos defender hasta tal punto los derechos humanos que no se los neguemos a los más débiles y vulnerables". Los prelados proponen una "mirada amplia" sobre el tema, que contemple "la vida amenazada de tantos argentinos que se debaten en la pobreza y la miseria".

"Una Nación democrática, moderna y progresista debe tener la capacidad, el ingenio y la creatividad, de buscar soluciones nuevas que resuelvan los problemas, sin necesidad de matar o 'interrumpir' vidas de seres humanos", señala, por último, la declaración suscripta por un centenar de obispos de todo el país.