Santa Sede solicita a la UNCTAD definir políticas avances económicos
Ciudad del Vaticano – José Villanueva
El 7 de noviembre de 2018, el Observador Permanente de la Santa Sede ante la Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, Monseñor Ivan Jurkovič, participa en la mesa de debate del Grupo Intergubernamental de Expertos en Financiación para el Desarrollo UNCTAD.
Incremento de la deuda externa
Durante su intervención, el Arzobispo Jurkovič resalta el incremento de la deuda externa que varios de los países desarrollados han alcanzado desde el último año, por lo que considera como un desafío importante que la UNCTAD tiene que trabajar para futuro.
“Una de las mayores vulnerabilidades que enfrenta el mundo en desarrollo actualmente es una nueva trampa de la deuda. El total de las reservas de deuda externa de los países en desarrollo se estima que ha crecido un 8,5 por ciento anual en la última década, habiendo alcanzado los 7,64 billones de dólares en 2017. Ese mismo año, los países en desarrollo, en promedio, gastaron casi el 14 por ciento de los ingresos que obtuvieron de las exportaciones en el servicio de su deuda externa”, menciona el Nuncio Jurkovič.
Restablecimiento de políticas económicas
El Arzobispo considera que esta situación podría convertirse en un riesgo futuro para la economía mundial, si para el próximo año no se llegan a establecer las nuevas políticas para mejorar la tasa de endeudamiento que los países en desarrollo han alcanzado y de alguna otra forma podría repercutir en el resto de países en vías de desarrollo.
“Actualmente, el 40 por ciento de los países en desarrollo de bajos ingresos cuya sostenibilidad de la deuda externa es evaluada regularmente por el FMI y se considera a un nivel de alto riesgo de angustia de la deuda. Esto es el doble que hace cinco años, y la mayoría de los países que cayeron en la categoría de alto riesgo de problemas de deuda se encuentran en la región África subsahariana. Esta carga insosteniblemente alta del servicio de la deuda pone en riesgo los principales logros alcanzados por las principales iniciativas de alivio de la deuda de la década de 2000”.
Velar por el bienestar de los ciudadanos
En ese sentido, la Misión Permanente de la Santa Sede en Ginebra invoca a la UNCTAD, a la comunidad internacional, para que defina las políticas razonables que sean favorables para el desarrollo de los países en desarrollo y de los países en vías de alcanzar el desarrollo para que puedan hacer un uso más adecuado de su deuda externa de manera productiva, y que sirva para proteger el bienestar de sus ciudadanos.
“La Delegación de la Santa Sede hace un llamamiento a la UNCTAD y la comunidad internacional, a tomar en serio su responsabilidad de avanzar un entorno económico internacional favorable a que los países en vías de desarrollo, puedan hacer uso de la deuda externa de manera productiva que ayude a proteger el bienestar de sus ciudadanos. Un entorno, por lo tanto, que reina en tales económico-financieros las prácticas que “constituyen instancias de inmoralidad próxima, es decir, ocasiones que genera fácilmente el tipo de abuso y engaño que puede dañar a los menos favorecidos”, finaliza.
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