Brasil: Solidaridad de la Arquidiócesis de Belo Horizonte con las víctimas de Brumadinho
Ciudad del Vaticano
Según el Cuerpo de Bomberos del Estado de Minas Gerais, en el sudeste del país, tres represas mineras en Vale se derrumbaron ayer causando entre doscientas y trescientas víctimas.
En la nota de Solidaridad de Monseñor Walmor Oliveira de Azevedo, Arzobispo de Belo Horizonte se lee:
Otra “abominación de la desolación”, como dijo Jesús en el Evangelio de Marcos, sobre lo absurdo de la avidez y la malicia con el prójimo, con la verdad y el bien de todos: otra presa rota en el Estado de Minas Gerais, ahora en Brumadinho, región metropolitana de Belo Horizonte.
La Arquidiócesis de Belo Horizonte se une a cada uno de los involucrados y comparte su dolor. Que nuestras comunidades de fe, especialmente las que sirven en Vale de Paraopeba, se unan para llevar ayuda y apoyo a todos los que sufren ante una tragedia tan dolorosa.
¡Minas Gerais está de luto!
Los daños humanos y socio ambientales son irreparables y señalan la urgencia, tan evidente ya de que es necesario repensar acerca de los modelos de desarrollo que descuiden el respeto por la naturaleza, los parámetros de la sostenibilidad.
También destaca una triste coincidencia, que el viernes 25, mientras se derrumbaba la presa en el corazón del amado Brumadinho, se incluía en el orden del día del Consejo de la Secretaría de Estado para el Medio Ambiente y el Desarrollo Sostenible la autorización para la reanudación de las actividades de extracción en la Sierra da Piedade. Una tragedia que se hace realidad y otra que se anuncia.
La Arquidiócesis de Belo Horizonte defiende – sin tregua y sin caer en ningún pacto – la naturaleza, la obra del Creador, consciente de que el ser humano, las plantas y los animales deben vivir en completa armonía, porque son todos habitantes del planeta, nuestra Casa Común.
Y concluye: “Rezamos por las víctimas de esta tragedia, unidos al corazón de cada persona y de cada familia que sufre; renovamos una vez más nuestro empeño por la solidaridad. Es urgente reducir al mínimo el dolor de los afectados por este desastre ambiental, sin olvidar seguir de cerca las actividades de las autoridades en la investigación de los responsables de otro triste y desafortunado episodio, herida viva en el corazón de Minas Gerais.
Que se haga justicia, con claridad y sin mediocridad que generen inercia, con sentido humanístico y prioritario para el bien común, con respeto y compromiso incondicionales por los más pobres. ¡Minas Gerais está de luto!
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