Lucha contra la lepra 2019: acabar con la discriminación, el estigma y los prejuicios
Ciudad del Vaticano
La lepra es una enfermedad bacteriana e infecciosa que ataca la piel, por lo que el aislamiento no solo no es necesario, sino que conlleva un alto impacto psicológico para el afectado.
En los países menos desarrollados, el miedo a la marginación hace que los pacientes oculten su situación, con lo que no reciben el tratamiento adecuado y la lepra continúa siendo contagiosa, además de provocar daños permanentes.
Según la Sra. Alice Cruz, Relatora Especial de las Naciones Unidas señaló “Debemos tener en cuenta que el estigma es un determinante social de la salud y la enfermedad. No solo el estigma puede llevar a retrasar la búsqueda de diagnóstico y el cumplimiento del tratamiento, sino que también afecta la disponibilidad de recursos materiales y socioeconómicos (como saneamiento, vivienda, trabajo, educación), así como las relaciones sociales que sustentan los medios de vida de personas afectadas por la lepra.” Añadió “las políticas multisectoriales son clave para abordar las raíces sociales de la lepra y la discriminación, así como la participación de las personas afectadas por la lepra en el monitoreo de las violaciones de los derechos humanos, la aplicación de los derechos, las actividades de sensibilización y los servicios de asesoramiento”.
La lepra se cura con un tratamiento sencillo y eficaz, por ese motivo es primordial detectar a todos los enfermos lo antes posible y asegurarles un tratamiento adecuado.
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