Haití: Ausencia de una fórmula de salida de la crisis
Mireia Bonilla – Ciudad del Vaticano
Ya ha pasado un mes desde la primera protesta del pueblo haitiano contra el presidente Jovenel Moïse – a quien acusan de corrupto y piden su renuncia – pero la situación no parece mejorar. De hecho, se puede hablar de una coincidencia en el tiempo “entre el empeoramiento acelerado de la situación socioeconómica de las mayorías y el evidente fracaso de la fórmula de gobierno que resultó de los comicios de 2016 que llevaron al poder a Jovenel Moïse” tal y como asegura la socióloga Sabine Manigat, de la Universidad Quisqueya, en una entrevista realizada por Pablo Stefanoni para Nueva Sociedad. A todo esto, cabe además añadir la irrupción de los excluidos, es decir, de la inmensa mayoría de los 11 millones de haitianos, sobre el escenario político y sus exigencias de ser tomados en cuenta. “Han sido ignorados durante más de treinta años” dice la socióloga, y por ello hoy el lema ya no es «changer l’Etat» [cambiar el Estado], sino radicalmente «changer le systeme» [cambiar el sistema].
Alza de los precios de los hidrocarburos y sus repercusiones
En cuanto al empeoramiento acelerado de la situación socioeconómica, Sabine Manigat señala que un indicio premonitorio fueron “los disturbios de principios de julio de 2018 en contra del alza del precio de los hidrocarburos” al igual que “el alto costo de la vida”. Este alza de los precios del petróleo fue “el elemento desencadelante – dice la socióloga – que trajo naturalmente a colación el tema de los fondos Petrocaribe”, es decir, el proyecto “solidario” dirigido por Hugo Chávez en Venezuela diseñado para permitir a varios países acceder a petróleo a precios preferenciales.
Toda esta situación llevó a que se formara en las redes sociales el movimiento «petrochallengers», “un movimiento policlasista poco organizado, enraizado esencialmente en el descontento popular” asegura Sabine Manigat.
Gobierno corrupto y fracasado
El fracaso del gobierno, en cambio, según la socióloga haitiana se debe a la política “cada vez más cerrada” del gobierno dirigido por Moïse, “incapaz tras dos años en el poder de viabilizar siquiera algunas de sus promesas electorales, en particular las referidas a servicios básicos (electricidad) y nivel de vida (aumento del empleo y de la producción agrícola)”. Y todo esto – dice Minigat – “ocurre dentro de un ambiente de corrupción cada vez más descarado que involucra además al Parlamento”.
Las divisiones en el Poder Político empeoran la situación
La socióloga haitiana, por otro lado, señala que aún predominan las divisiones sobre todo “dentro del sistema político”: “en el seno del Poder Ejecutivo (los desacuerdos entre el presidente y el primer ministro son públicos) y dentro del aparato estatal (el Ejecutivo ignora al Parlamento que, a su vez amonesta el Ejecutivo y amenaza el Presidente con un juicio por alta traición)”. Además – continúa – “el aparato de justicia está dividido entre un sector politizado (allegados del gobierno) y otro impotente y la policía a su vez recibe órdenes de proteger los bienes y reprimir a los revoltosos que no siempre acata”.
La situación actual
En cuanto al futuro de Haití, Minigat dice que se avecina una nueva ola de protestas para este mes de marzo “debido a la falta de una respuesta mínima de parte del gobierno”: “hay una multitud de consultas, reagrupamientos y propuestas, formuladas tanto desde la ciudadanía como de las organizaciones políticas. Y esos grupos han empezado a dialogar”.
En cuanto a las barricadas y los bloqueos de calles y carreteras que se han visto en los últimos días, asegura que son “una expresión popular de las protestas” aunque suelen ser también – puntualiza – “organizados por una fuerza disponible de desempleados, pagada muchas veces por políticos o empresarios”.
Ausencia de una fórmula de salida de la crisis
Todo este panorama que vive la nación más pobre de Latinoamérica, para la socióloga haitiana da como resultado “la ausencia de una fórmula de salida de la crisis” y asegura que las negociaciones y consultas que día a día se desarrollan en los círculos de poder “ocurren en un contexto de total opacidad”. Por último, destaca “la incapacidad de las fuerzas nacionales para elaborar una solución endógena”, la cual pone a Haití “ante el riesgo de tener que aceptar (una vez más) un parcheo impuesto por sus «amigos» de la «comunidad internacional»”.
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