Sudán del Sur: ex niños soldados regresan a sus comunidades
Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano
Desde el estallido del conflicto en diciembre de 2013, en Sudán del Sur han muerto decenas de miles de personas y aproximadamente una de cada tres se ha visto obligada a abandonar su hogar.
Dos millones han huido a países vecinos en busca de refugio, y dos millones más se han convertido en desplazados internos. La falta de seguridad también sigue representando un gran desafío para las organizaciones humanitarias, como Médicos Sin Fronteras (MSF) ya que sus instalaciones son frecuentemente atacadas y cada vez resulta más peligroso trabajar con la población.
Niños soldados sometidos a la violencia
En medio de este panorama, los niños son los más afectados debido a su situación de vulnerabilidad: miles de ellos son utilizados como soldados.
Tienen entre 13 y 17 años o incluso menos. Se les recluta mientras van a la escuela o se les obliga a hacerlo debido a las difíciles condiciones de vida que padecen en las aldeas y zonas rurales. Llevan armas, son sometidos a todo tipo de abusos y sufren los estragos de la violencia.
Desde febrero de 2018, un equipo de Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja con otras organizaciones en Yambio, provincia de Ecuatoria Occidental, para ayudar a que estos menores puedan reintegrarse en sus comunidades. Silvia Márquez, responsable de las actividades de salud mental de MSF, habla sobre este proyecto, el primero que la organización lleva a la práctica en esta área y que ha hecho posible que ex niños soldados regresen a sus hogares.
Secuestrados de camino a la escuela
«Todos nuestros pacientes son del área de Yambio. El más joven tiene 10 años, el mayor tiene 19 años. Un tercio son niñas. Algunos dicen que se unieron voluntariamente a los grupos armados, pero eran menores de edad cuando tomaron esta decisión y es posible que no entendieran del todo las consecuencias. Otros declaran que lo hicieron debido a las difíciles condiciones familiares. No obstante, muchos fueron reclutados mientras iban a la escuela o trabajaban en los campos», afirma Márquez.
Superar los traumas de la guerra
Hasta la fecha, 983 niños han sido desplazados a la ciudad de Yambio, 3.100 en todo el país. El equipo sanitario lleva a cabo controles médicos para tratar todo tipo de condiciones relacionadas con los conflictos armados, incluidos los casos de violencia sexual, y proporciona asistencia psicológica para ayudarlos a superar las experiencias traumáticas que vivieron cuando eran soldados. En el último año, MSF ha realizado más de 1.430 reconocimientos médicos y 911 sesiones de salud mental para estos pequeños desmovilizados.
Alrededor del 35% de los pacientes atendidos sufren de trastornos de estrés postraumático; la depresión también es muy común. En los jóvenes se puede percibir una variedad de síntomas, que van desde flashbacks recurrentes hasta pensamientos intrusivos e insomnio. Manifiestan sentir los efectos de estar nuevamente en medio de la lucha, otros se ven afectados por pensamientos y visiones incontroladas mientras viven sus vidas diarias, a la vez que tienen pensamientos suicidas y de autolesión.
Rechazo social tras su regreso
Aunque la mayoría de los ex niños soldados son aceptados por sus familias tras abandonar el ejército, a otros les resulta muy difícil localizar a sus seres queridos, ya que estos podrían haberse desplazado o muerto en el transcurso bélico.
Desafortunadamente, existe un alto porcentaje de pequeños que al volver a sus casas son rechazados o vistos como una carga. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunos se incorporan a la escuela, trabajan en el campo o ayudan a sus hermanos en el cuidado de las tierras familiares. También se casan y forman una familia; ya que ni siquiera los efectos del combate pueden arrebatarles completamente sus sueños.
Mantener vivos sus sueños
Y precisamente esta es una de las motivaciones del programa de recuperación para ex niños soldados en Yambio de MSF: ayudarlos a reinsertarse en la sociedad y a iniciar una nueva vida, dejando atrás los horrores de la guerra.
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