Bielorusia. Demoler cruces de Kuropaty. Condena de obispos
Lisa Zengarini - Ciudad del Vaticano
"Detener inmediatamente la destrucción" de las cruces de Kuropaty, "uno de los muchos Gólgota" y "un lugar sagrado de memoria y oración". Este es el llamamiento urgente lanzado por los obispos católicos de Bielorrusia, que se suman así a las protestas de la Iglesia Ortodoxa y de varias figuras públicas contra la intervención de excavadoras que en los últimos días han destruido y retirado unas setenta cruces en uno de los lugares más importantes en memoria de las víctimas del estalinismo.
70 cruces retiradas a pesar de las protestas
Entre 1937 y 1941, Kuropaty, un bosque a pocos kilómetros de la capital Minsk, fue el lugar de ejecución de decenas de miles de bielorrusos, víctimas del terror de Stalin. Descubierto en 1988, el sitio ha sido visitado, desde entonces, cada año en noviembre por peregrinaciones para recordar a los que fueron ejecutados sumariamente a manos de la policía secreta soviética. Un lugar que nunca ha sido reconocido oficialmente bajo el régimen del actual Presidente Aleksandr Lukashenko, desde el que se dio la orden de demoler las cruces, a pesar de las protestas de los ciudadanos. Las autoridades respondieron a las protestas con la detención de 15 manifestantes.
Condena de los obispos católicos y ortodoxos
La condena de los obispos bielorrusos que acusan a las autoridades de Minsk de "haber mostrado indiferencia ante la tragedia de estas masacres", sin consultar a los representantes religiosos, es firme. "Además - subraya una declaración de la Conferencia Episcopal asumida por la agencia CNS - esta demolición tuvo lugar en Cuaresma, cuando los cristianos miran a la Cruz de Cristo, un símbolo de salvación y esperanza.
No menos crítico es el juicio de la Iglesia Ortodoxa, la mayoría en el país: "Las cruces no son sólo símbolos religiosos, sino la expresión de los valores humanos aceptados por la sociedad", dice una nota del Departamento de Relaciones con los Medios de Comunicación y la Sociedad del Santo Sínodo. No son un símbolo político, sino un monumento espiritual a las personas que murieron bajo un régimen que luchó contra Dios".
Según historiadores las víctimas fueron 250.000
Según datos oficiales, unas 30.000 personas, entre ellas muchos católicos, fueron enterradas en Kuropaty, después de haber sido asesinadas por la policía paramilitar soviética, pero según algunos historiadores la cifra más realista es de 250.000 víctimas.
Gracias por haber leído este artículo. Si desea mantenerse actualizado, suscríbase al boletín pulsando aquí