La política migratoria de Marruecos depende de la política migratoria europea
Patricia Ynestroza-Ciudad del Vaticano
Aún resuenan los ecos de lo que fue el viaje del Papa en Marruecos. En dos días el Pontífice se encontró con el rey Mohamed VI, con representantes del pueblo Marroquí, las autoridades, la sociedad civil, con los imanes y predicadores, con los migrantes, con el clero, y con la población. El obispo de Tanger, Mons. Santiago Agrelo Martínez, ofrece sus impresiones de este viaje.
El Papa en su viaje a Marruecos dijo que los migrantes están "en el centro" del corazón de la Iglesia… . Acoger, explicó el Pontífice, también significa ofrecer mayores posibilidades de entrada segura y legal. De ahí su invitación a garantizar la protección a lo largo de las rutas migratorias, a no dar cabida a los comerciantes de carne humana y a prevenir la discriminación. En Marruecos Francisco se encontró con los migrantes que tienen ahora papeles, pero también recibió de parte del obispo de Tanger una usb con videos de migrantes sin papeles que le enviaban unas palabras al Papa.
Mons. Agrelo habla de este encuentro y de la política migratoria o mejor dicho, como dice el obispo la política de las fronteras, porque no considera la situación de los migrantes. La política que aplica Marruecos tiene que ver directamente con la que hay en Europa. Sobre los migrantes, el prelado dijo que le sorprende la fe que tienen, la esperanza que mantienen esperando una oportunidad para pasar la frontera. No queda más que la oración para que se conviertan los gobernantes, y sean más humanos ante este fenómeno.
En su Exhortación Apostólica dijo que “los migrantes son el paradigma de nuestro tiempo”, y recuerda a los muchos jóvenes que participan en la migración. “La preocupación de la Iglesia concierne en particular a quienes huyen de la guerra, de la violencia, de la persecución política o religiosa, de las catástrofes naturales debidas también al cambio climático y a la extrema pobreza”: los jóvenes están en busca de una oportunidad, sueño de un futuro mejor. Otros, migrantes, dijo el Papa son “atraídos por la cultura occidental, a veces con expectativas poco realistas que los exponen a grandes desilusiones.
Los traficantes sin escrúpulos, a menudo vinculados a los carteles de la droga y las armas, explotan la debilidad de los migrantes. Cabe señalar la especial vulnerabilidad de los menores migrantes no acompañados.... En algunos países de llegada, afirmó el Santo Padre, los fenómenos migratorios provocan alarma y temor, a menudo fomentados y explotados con fines políticos. De esta manera se está extendiendo una mentalidad xenófoba, de cierre y de autorreflexión, a la que hay que reaccionar con decisión”.
Los constructores de muros serán prisioneros de estos muros
En el avión de regreso de Marruecos a Italia, el Papa contestó como siempre a las preguntas de periodistas, la colega de la Agencia Efe, le preguntó sobre el significado de los muros construidos en Marruecos por España y, en la frontera con México por los Estados Unidos, así como por el cese de la ayuda a Centro América anunciada por el presidente Trump.
El Papa contestó: "En primer lugar, los constructores de muros, ya sean de hojas cortadas con cuchillos o de ladrillos, se convertirán en prisioneros de los muros que construyen”. El Santo Padre recordó que el problema de los migrantes y refugiados no solo es un problema de números. Insistió en el carácter humano. Son personas que huyen, que buscan mejores condiciones de vida. Por eso la persona humana está por encima de todos los acuerdos y leyes que firman los países. En este contexto, recordó a Alexis Tsipras, quien en una reunión me habló con el corazón y me dijo esta frase:' los derechos humanos están antes que los acuerdos'. esta frase merece el premio Nobel”, agregó.
Preguntado sobre la migración en Europa, el Papa respondió que Europa no solo tiene que cerrar puertas. Pueden ayudar a que la migración se reduzca: “Es algo que ustedes están haciendo: impedir la emigración no por la fuerza, sino por la generosidad, la inversión educativa y económica, etc., y esto es muy importante. En segundo lugar, sobre cómo actuar, es cierto que un país no puede recibir a todo el mundo, pero está toda Europa para distribuir a los inmigrantes, está toda Europa. Porque la recepción debe ser de corazón abierto, para luego acompañar, promover e integrar”. Finalmente, el Papa recordó ejemplos de acogida en épocas recientes, el caso generoso de Suecia que acogió a muchos migrantes provenientes de América del Sur. Ahora, los hijos de esos migrantes, son parte de las sociedades que los recibieron y trabajan para ellas.
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