Card. Hummes: estamos en el centro de una grave y urgente crisis climática y ecológica
Griselda Mutual – Ciudad del Vaticano
“Hoy las cosas son urgentes y graves. Hablar del futuro del derecho al agua significa que es inmediato porque el futuro está aquí”: lo dijo el Cardenal Claudio Hummes, Presidente de la Comisión Episcopal de los Obispos de Brasil y de la Repam, la Red Eclesial Panamazónica, en el marco del Seminario Internacional celebrado del 27 al 30 de mayo en Buenos Aires sobre el tema "Del Derecho al Agua al Derecho al Futuro: Gobernanza e Innovación para el Desarrollo Sustentable".
Entre los temas abordados por los expertos en materia, aquel de las innovaciones necesarias, tanto sociales como tecnológicas para la Gestión del Agua y el Saneamiento, las consecuencias de la falta de agua potable, las medidas que están llevando a cabo para intentar frenar esos flagelos, las consecuencias del paso del hombre sobre los ambientes naturales, y la importancia de la educación y de la participación de los jóvenes para lograr los objetivos de desarrollo sostenible fijado para el año 2030.
Somos responsables de nuestro futuro
“Hablar del futuro – dijo el cardenal Claudio Hummes – es hablar de niños y jóvenes, de los que vienen y a pesar de mis 84 años me siento responsable por ellos”. El agua, un bien imprescindible para la supervivencia humana y para el equilibrio del ecosistema, será por supuesto tratado en el próximo Sínodo sobre la Amazonía en octubre. Entrevistado por VaticanNews, el purpurado se refirió a la importancia de este camino de toma de conciencia y de debates en vistas al próximo sínodo:
“El agua ciertamente es un elemento fundamental, no solamente para la vida en todo el planeta, para los seres vivos de este planeta, sino también de modo muy especial para el Amazonas, porque en la Amazonía es el agua que cuida de la foresta, una inmensidad de agua, y la foresta cuida del agua. Es ése sistema el que produce la gran biodiversidad, y los grandes guardianes milenarios de ese sistema que siempre vivieron en armonía con él son los pueblos originarios, los indígenas”.
Grave y urgente crisis ecológica y climática
“Estamos en el centro – expresó el purpurado – de la grave y urgente crisis ecológica y crisis climática. Entonces, es necesario absolutamente que el Sínodo hable y reflexione sobre la cuestión del agua por su necesidad esencial para todos los seres vivos, y en el caso del Amazonía, por toda la cuestión de la biodiversidad, de esa gran riqueza que tiene su hábitat a partir también del agua, así como de la foresta. Son cosas que no se pueden separar, por eso, ciertamente el Sínodo será un momento muy propicio para hablar sobre esto”.
Necesario crear una cultura en el pueblo y su relación con el agua
La vastísima región del Amazonas proporciona al mundo el 20 por ciento de agua dulce, motivo por el cual es urgente plantearse las preguntas y encontrar las respuestas para el bien de nuestra humanidad y de todos los seres que habitan nuestra tierra. ¿Este recurso precioso, pues, puede extinguirse? ¿Qué medidas urgentes hay que tomar?
“Todos sabemos – respondió el Presidente de la Repam – que el agua también es uno de los recursos que no son infinitos, y que si desperdiciada crea condiciones cada vez más difíciles, y por lo tanto la escasez del agua será cada vez mayor. Extinguirse totalmente, es difícil de decir, pero la escasez del agua y sobre todo del agua potable puede llegar a tal punto que no haya más condiciones de vida sobre el planeta. La escasez del agua puede ir sucediendo en la medida en que la crisis climática y ecológica se va desarrollando y se va agravando. ¿Qué medidas tomar en este tiempo? Primera cosa importantísima es conseguir que las sociedad civil, la sociedad global humana esté mejor informada sobre todo lo que está ocurriendo. Más informada porque si la sociedad civil no tiene conocimiento suficiente tampoco tendrá fuerzas para organizarse y para hacer presión sobre los gobiernos para que tomen las medidas necesarias que ya fueron delineadas en la COP21 con el acuerdo climático, que pienso que es un gran acuerdo que debe ser realizado. Entonces, una de las medidas ciertamente es involucrar mucho más la sociedad civil, humana, para que podamos organizarnos y decidir las medidas necesarias a tomar por parte de aquellos que son responsables. Pero también por otra parte, es necesario crear una nueva cultura del pueblo en su relación con el agua, cómo debemos proteger el agua, en qué forma cuidar del agua, cómo darnos cuenta de que el agua ya es escasa y no es infinita, por lo tanto es necesario cuidar del agua y saber en qué modo debemos hacerlo, cómo relacionarnos con el agua para superar esta crisis”.
Revolución cultural y formación para un consumo responsable
Fundamental para este camino es la educación. El Secretario del Dicasterio para la Comunicación, Monseñor Lucio Adrián Ruiz, se refirió precisamente a ella en la intervención en el curso del seminario. Tras afirmar que “cada acción del hombre tiene un impacto en el ecosistema”, el prelado subrayó la importancia de la educación y la creación de una nueva cultura, una propuesta avanzada por el Papa Francisco en Laudato Sií, ambas indispensables para recuperar y preservar el medioambiente. Sin la conciencia de la necesidad de la custodia del creado y de la responsabilidad en administrar los recursos, dijo, “acciones importantes, como el reciclaje de los desechos o el uso de energías limpias, se banalizan porque quedan como actos impuestos por ‘alguna’ ley que, antes o después, busca ser evadida, «porque cuando sólo se busca un rédito económico rápido y fácil, a nadie le interesa realmente su preservación» (LS 36).
Una nueva conciencia ciudadana
Por lo tanto, es en la formación de este “nuevo paradigma que se puede asegurar un cambio real, una nueva concepción para habitar la casa común”:
“Es urgente – advirtió el sacerdote – que nuevas acciones se inspiren cada vez más en una profunda conciencia de que en la creación, en nuestra casa común todo está conectado, y que nuestras decisiones, pequeñas o grandes, tienen impactos profundos a nivel ambiental y social. Este es un desafío que exige una nueva conciencia ciudadana, que no le pida al Estado un cambio que primero no ha empezado por casa, porque ‘mi casa’ es el lugar más fundamental para la educación de todo tipo. Por otra parte que los Estados no pretendan un cambio en las conductas de los ciudadanos que no ha sido acompañada con infraestructuras, actividades y leyes que den forma y promuevan las acciones de las personas, y que sean también vinculantes para los mismos Estados y para las vidas y acciones de los mismos que los gobiernan”.
El Seminario fue organizado por el Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro (IDGCE) junto a la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación, Agua y Saneamientos Argentinos (AySA) y la Fundación de los Trabajadores Sanitaristas para la Formación y el Desarrollo (FUTRASAFODE).
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