La ONU acusa al gobierno de Myanmar de tolerar el genocidio
Roberta Gisotti – Ciudad del Vaticano
Acusaciones detalladas y duras palabras de condena en el informe presentado este 17 de setiembre al Consejo de Derechos Humanos en Ginebra por la especial Misión Internacional Independiente de Investigación sobre Myanmar (IIFFMM), establecida en marzo de 2017, para determinar hechos y circunstancias de presuntas violaciones y abusos por parte de las fuerzas militares y de seguridad del gobierno birmano contra las minorías étnicas y religiosas en el país asiático, de mayoría budista.
Llevar a Myanmar a juicio a la Corte Internacional
Los hechos encontrados son tan graves que la Misión, compuesta por tres expertos, encabezada por Marzuki Darusman, abogado y ex Fiscal General de Indonesia, pide al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que remita a Myanmar a la Corte Internacional de Justicia o que establezca un tribunal ad hoc, como aquellos para ex Yugoslavia y Ruanda.
Actuar después de 60 años de impunidad militar
"El escándalo de la inacción internacional debe terminar", dijo el experto de la Misión Christopher Sidoti, abogado y ex Comisario Australiano para los Derechos Humanos. "En los últimos 60 años, denunció, los militares han destruido Myanmar, tanto política como económicamente. El pueblo de Myanmar ha sufrido mucho. Las operaciones militares contra los rohinyá en 2017 - excepcionalmente intensas y brutales- forman parte de un modelo más amplio, más largo y más general de extrema violencia militar. A menos que las Naciones Unidas y la comunidad internacional tomen medidas eficaces esta vez, esta triste historia se repetirá”.
Los Rohinyá aún discriminados y vejados
El informe reenciende las luces sobre las persecuciones en curso, especialmente contra el pueblo rohinyá, una minoría islámica muy pobre, siempre marginada, obligada en masa, en agosto de 2017, a huir para salvar sus vidas, después de haber sufrido una violencia indecible: alrededor de un millón de expatriados, más de 700.000 reparados en el vecino Bangladesh. Pero los abusos, el hostigamiento, la amenaza de exterminio permanecen para los 600.000 rohinyá que han permanecido en su país, aunque el gobierno central no reconoce su ciudadanía por considerarlos bengalíes llegados con la colonización británica. Sus "deplorables" condiciones de vida han empeorado incluso en el último año, acusa el informe, señalando la imposibilidad de retorno de los rohinyá exiliados en el extranjero.
Las autoridades birmanas silencian el genocidio
"Myanmar está incumpliendo su obligación de prevenir el genocidio, de investigar el genocidio y de promulgar una legislación eficaz que penalice y castigue el genocidio", acusó Darusman.
Las brutales violaciones de los derechos humanos de l Tatmadaw
En dos años de trabajo, la Misión encargada por la ONU ha recopilado información sobre Myanmar, entrevistando a casi 1.300 víctimas y testigos presenciales, documentando en profundidad las "brutales violaciones de los derechos humanos" -incluidas la tortura, los maltratos y violencias sexuales - en los Estados de Rakhine, Chin, Shan, Kachin y Karen, como parte de la lucha contra las minorías que desde hace décadas lleva a cabo el Tatmadaw, la organización responsable de la seguridad y defensa nacional en Birmania, de la que, además del Ejército, la Fuerza Aérea y la Marina, también dependen la Policía y la Guardia de Fronteras.
Investigar sobre el pasado no es suficiente, es necesario prevenir
"La tercera experta de la Misión, Radhika Coomaraswamy, abogada, ex Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre la Violencia contra la Mujer y Representante Especial de las Naciones Unidas para los niños en los conflictos armados, señaló: "Es muy importante, pero no suficiente, arrojar luz sobre las graves violaciones de los derechos humanos que se han producido y se siguen produciendo en Myanmar. Evaluar las responsabilidades "es importante no sólo para las víctimas, sino también para apoyar el Estado de Derecho" - explicó. Pero "también es importante evitar que se repita la conducta pasada de los Tatmadaw y evitar futuras violaciones”.
Lista de más de 100 sospechosos culpables
La Misión revela que tiene una lista confidencial de más de 100 nombres, entre ellos funcionarios de Myanmar, sospechosos de estar involucrados en actos de genocidio, crímenes de guerra y contra la humanidad, además de los seis generales denunciados públicamente un año, entre ellos el comandante en jefe del ejército birmano, Min Aung Hlaing, acusados de conspirar para llevar a cabo una ofensiva contra las comunidades rohinyá, asesinando al menos 10.000 personas. Ante un contexto de impunidad interna, sólo la comunidad internacional puede hacer justicia, instan los tres expertos en derechos humanos nombrados por la ONU para averiguar la verdad sobre los crímenes cometidos en Myanmar ante la indiferencia del mundo.
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