MSF lucha contra la malaria en Venezuela: más de 320 mil casos registrados

Sofía Lobos - Ciudad del Vaticano

La grave crisis económica y la consecuente quiebra del sistema de salud son los factores principales que han contribuido a que en Venezuela se dispare el número de enfermos de paludismo, enfermedad popularmente conocida como malaria causada por un parásito que se detecta en la sangre del paciente y que se adquiere por picaduras de mosquitos infectados.

Se trata de una importante causa de muerte que afecta a personas de todo el mundo, especialmente en países empobrecidos donde los habitantes no tienen recursos económicos para disponer de un tratamiento, como es el caso de Venezuela, país que sufre desde hace años una profunda crisis política, económica y social; y que ha sido clasificado como el más afectado por malaria en América Latina en 2019 con más de 320.000 casos diagnosticados.

Toda Venezuela es endémica de malaria

En este contexto la organización internacional Médicos sin Fronteras (MSF) trabaja en el terreno proporcionando asistencia sanitaria gratuita a los enfermos contagiados de paludismo en cinco distritos venezolanos: Caracas, Amazonas, Sucre, Anzoátegui y Bolívar.

"La zona más endémica de malaria es al sur de Venezuela, que comprende los Estados de Sucre, Bolívar y Amazonas que son las que comparten frontera con la Amazonía de Brasil", explica la doctora Daniela Garone, Coordinadora médica adjunta de MSF en entrevista con Vatican News, subrayando que el factor de la "movilidad humana", es decir, el flujo de personas que se trasladan de un distrito a otro buscando trabajo o nuevas posibilidades económicas, hace que el foco de contagio se extienda considerablemente "con lo cual en este momento podríamos decir que toda Venezuela es endémica de malaria".

Campañas de prevención de la malaria.

La crisis del país dificulta el acceso a los insumos médicos

"Sabemos que millones de venezolanos debido a la crisis que afecta a su país han migrado fuera de sus fronteras o se trasladan hacia los países limítrofes para trabajar y luego regresan a sus hogares. Esta movilidad genera un problema y la imposibilidad de poder controlar los focos de contagio, ya que de esta manera vuelven a infectarse nuevos mosquitos", añade la coordinadora de MSF.

Por otro lado, la doctora Garone hace hincapié en que los programas de control vectorial (las medidas que se toman para disminuir el número de organismos portadores de enfermedades o vector y disminuir el riesgo de la propagación de enfermedades infecciosas) están muy limitados por falta de insumos en el sistema de salud.

De ahí que el trabajo de la organización resulte fundamental para salvar vidas proporcionando dos pilares básicos: acceso al diagnóstico temprano y tratamiento efectivo de malaria. 

La doctora Daniela Garone, durante sus reuniones con el equipo de MSF

Atención gratuita y tratamiento en las zonas más afectadas

Además la doctora Garone explica que los programas sanitarios de MSF para la malaria funcionan desde 2016 con el apoyo del programa de malaria nacional, realizando diagnósticos y atendiendo a los contagiados.

"Nuestros servicios son gratuitos, por lo cual los pacientes no tienen que pagar los test para detectar la enfermedad ni pagar el posterior tratamiento. Igualmente hemos facilitado varios puntos de atención médica diseminados en varias zonas para ayudar así a que la gente no tenga que viajar tanto para ser diagnosticada, poder actuar más rápido y evitar que se siga extendiendo el contagio".

Doctora Daniela Garone en una de sus misiones en África.

Cómo se puede ayudar

El Trabajo de Médicos Sin Fronteras está financiado exclusivamente por donaciones privadas. Para conocer toda la información necesaria para colaborar en esta causa se puede visitar la página web oficial de la organización donde se explican los proyectos que llevan a cabo en Venezuela y cómo se puede ayudar.