Desatendida y desinformada. La tragedia sanitaria en la Amazonia peruana
Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano
Los efectos colaterales de la actual pandemia son dramáticos, porque los hospitales no pueden atender a enfermos con otras patologías. Por ejemplo, personas con dengue o con diabetes, “que tienen pánico cada vez que van a hacerse la diálisis al hospital”, afirma el padre Cadenas.
La situación sanitaria en Iquitos, Perú
El misionero agustino subraya que hasta ahora no hay un plan especial para atender la realidad de los pueblos indígenas, a pesar de que hay muchos colectivos que lo están pidiendo, entre ellos, la Iglesia.
Cadenas da su testimonio sobre la situación sanitaria en Iquitos: Conozco personas indígenas que los días previos a la cuarentena estaban listos para ser operados y han tenido que regresar a las comunidades. Pero, operarlos será difícil, porque cuando pase la pandemia, la gente, como los comerciantes de la ciudad saldrán a las comunidades a buscar comida y con ellos van a llevar la posibilidad de contagiar a la gente del campo, de los pueblos indígenas. Hay tan pocas pruebas, que los asintomáticos no son tenidos en cuenta. Sólo aquellos que presentan un cuadro son evaluados. Seguramente hay muchas personas asintomáticas”.
Denuncias de corrupción
Para el padre Cadenas, tanto en la realidad peruana como a nivel internacional, “Siempre que una epidemia desborda las fronteras aparece otro tema que es terriblemente duro, y es la corrupción. Ahora no se puede saber, porque no podemos salir, pero ya hay medios de comunicación que están señalando posibles actos de corrupción, por ejemplo, en la compra de mascarillas y piden a la fiscalía que investigue”.
El padre Miguel llama la atención sobre la evacuación de personas provenientes de la capital, Lima. La imagen de migrantes que están saliendo hacia las provincias es realmente aterradora. A Iquitos solo se puede venir por avión. Hay algunos enfermos y los están trayendo a Iquitos. Lo que se van a encontrar es una ciudad en situación muy lamentable para ellos y para sus familias.
Movilidad entre comunidades
Cadenas muestra una situación propia de esta región. Las fronteras entre países fueron inventadas cuando los pueblos indígenas ya vivían allí. Para ellos, esas fronteras no existen, sino las de las propias comunidades. En este contexto afirma: Cada día vemos cómo la enfermedad está llegando a los pueblos indígenas, cómo va llegando a sus hogares. En la triple frontera entre Brasil, Perú y Colombia ya hay casos. Esto significa que los pueblos indígenas de la zona probablemente ya están siendo afectados: los tikuna, los yaguares; en el Yabarí hay pueblos en aislamiento voluntario. Por la parte más arriba de Iquitos, por el río Amazonas, por el río Marañón hay 4 personas que han sido dadas de alta por covid-19. Si tenemos en cuenta, en Ecuador, la epidemia se ha extendido mucho, hay peligro en la provincia de Pastazo. Dicen que los pueblos awuajun y wampis cuidan la frontera para que no haya tránsito de personas y así no se propague la epidemia.
Una batalla desigual. Carencias en los servicios de salud
El padre Miguel pone en evidencia que los centros de salud locales están desabastecidos, tienen poco personal y no tienen ningún plan para atención para los pueblos indígenas.
Algunos hablan de glotocidio. Es decir, si la pandemia ataca a los ancianos, y mueren los ancianos indígenas, hay una alta probabilidad de que con ellos mueran las lenguas indígenas, insistió. Además, para estos pueblos hay que evidenciar que, dados sus niveles de anemia y desnutrición, arriba de la media nacional, así como la diabetes y enfermedades respiratorias, los hace propicios, si son contagiados, para que tengan menos oportunidades de salvarse. Por eso, tantos colectivos piden al gobierno peruano de tener un plan especializado para atender los pueblos indígenas.
Cadenas cita al padre Miguel Fuertes, responsable del vicariato que no hay oxígeno en el hospital. Las dos plantas de oxígeno están colapsadas y no pueden abastecer a los hospitales. Hay otra en Pucalpa, que también está desabastecida. ¡Ni siquiera hay paracetamol! En estas estamos.
Acción conjunta entre países vecinos
El Estado nación no es el espacio desde el que se debe atacar esta pandemia. Por ejemplo, de poco sirve que aquí se ataque el problema, si en Brasil o Colombia no lo hacen. Las familias pasan de un lugar a otro, y esta situación de movilidad, puede hacer que el contagio sea mayor.
En Iquitos se está viviendo mucho miedo, porque muchas familias tienen enfermos o conocen enfermos. También hay muchos muertos. No tenemos total certeza de las cifras oficiales. Quien decide cuál es la causa de la muerte es un doctor, y a veces puede suceder que una persona muera de un paro cardíaco o de dengue, pero estas patologías son exacerbadas por el Covid-19. Solo en el territorio de mi parroquia he contado al menos 7 personas muertas por este virus.
Acompañamiento pastoral de la Iglesia
Nosotros acompañamos a las personas, vía teléfono o por WhatsApp tratando de darle ánimo a la gente. Las imágenes que vivimos son de tragedia y de desesperación por parte de muchas familias.
La Iglesia está teniendo un comportamiento discreto en esta pandemia. Se han puesto a disposición tres centros de retiro, así como apoyamos a personas que conocemos. Hemos repartido alimentos a familias que están solicitando comida. También el apoyo emocional por parte de los agentes de pastoral. Otra ayuda es retransmitir por las redes sociales la eucaristía. También publicamos oraciones por WhatsApp- Este apoyo es un gran servicio para la población.
Atención sanitaria adaptada a la realidad amazónica
No es fácil saber lo que está pasando cuando no se puede salir a la ciudad. Se cuentan unas 20 personas fallecidas al día. Los hospitales, que son muy importantes son una construcción occidental y desde ese punto de vista se le trata al enfermo. Pero muchas personas no comparten esta visión, por lo que no acuden a estos centros. Esta es una amenaza más a los pueblos indígenas.
Según datos de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) del día 27 de abril, el total de casos confirmados de coronavirus en la Amazonia (incluye los 9 países) es de 13 729 y el total de fallecidos asciende a 791.
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