Religiones por la paz, Onaiyekan: frente a Covid-19, no hay frontera de creencias
Giada Aquilino - Ciudad del Vaticano
Un momento espiritual de la humanidad compartida, para invocar salud, compasión y fuerza en medio de la emergencia del Coronavirus en todo el mundo. El evento está fijado para este miércoles 1 de abril por Religiones por la Paz, el movimiento internacional que cuenta entre sus socios con más de 900 representantes de diferentes tradiciones religiosas. La cita es para las 3:00 p.m., cuando líderes cristianos, musulmanes, judíos, budistas, zoroastrianos y representantes de la sociedad civil se unirán, cada uno desde su propia residencia, a través de la página web www.rfp.org. Se conectarán desde ciudades como Lima, Nueva York, Londres, Beirut, Tokio y otras.
Membresía internacional
En representación de la comunidad católica está el cardenal John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo emérito de Abuja (Nigeria), presidente honorario de Religiones por la Paz. Entre los participantes se encuentran el Metropolitano Emmanuel de Francia, representante del Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, el Jeque Shaban Ramadhan Mubaje, Gran Muftí de Uganda, el Rabino David Rosen, Director Internacional de Asuntos Interreligiosos del Comité Judío Americano, Kosho Niwano, Presidente designado del Rissho Kosei-kai. Juntos convocarán a los creyentes de todo el mundo y a las personas de buena voluntad a pedir el fin de la pandemia.
La entrevista
En las Noticias del Vaticano el Cardenal Onaiyekan habla de la iniciativa de Religiones por la Paz como una oportunidad para mostrar que frente a emergencias como la de Covid-19 "todas las fronteras" entre las religiones están "erradicadas".
La entrevista con el Cardenal Onaiyekan
R. - Desde hace muchos años, muchos de nosotros nos hemos reunido para tratar los grandes problemas que afectan a todo el mundo. Con el Coronavirus, el mensaje se vuelve mucho más claro: nadie puede permanecer indiferente, todas las fronteras entre grupos religiosos están ahora erradicadas. Ya no se trata de cristianos, musulmanes, budistas, hindúes o nigerianos, italianos o españoles, blancos o negros: toda la humanidad está ahora en el mismo barco, a merced de la tormenta que es el Coronavirus. Siguiendo la invitación del Santo Padre a un momento de oración por parte de todos los líderes religiosos del mundo, como sucedió la semana pasada, la iniciativa de Religiones por la Paz parece aún más justa. Por nuestra parte, rogaremos al Señor, que es Dios de todas las personas, para que nos libre de esta gran tragedia.
¿Cómo se desarrolla el momento espiritual?
R. - Es muy simple. La invitación es esta: dondequiera que estés, abre tu corazón a Dios, según tu propia tradición. Sólo toma unos pocos minutos. Es una iniciativa simbólica pero muy fuerte, ya que ahora no podemos organizar una gran reunión en Roma o Nueva York, todo el mundo tiene que quedarse en casa, por lo que salimos gracias a la tecnología y a los modernos medios de comunicación, nos reunimos virtualmente.
¿Qué ejemplo viene de las constantes oraciones del Papa durante esta emergencia?
R. - Para mí, las iniciativas de oración del Santo Padre recuerdan a nuestro mundo de hoy que es importante tomar medidas y precauciones, hacer nuevas investigaciones, trabajar incansable y heroicamente como lo hacen todos los trabajadores de la salud. Pero todo esto no es suficiente; no es una alternativa a arrodillarse ante Dios, pedir perdón por nuestros pecados e invocar compasión por toda la humanidad. Este discurso no puede ser llevado a cabo sólo por el Papa y otros líderes religiosos, sino por todos. Esto es particularmente importante en un país como Nigeria, donde las iniciativas a nivel humano son mínimas: si no contamos con la misericordia de Dios, corremos el riesgo de perder toda esperanza.
El Presidente Muhammadu Buhari de Nigeria ha anunciado un bloqueo en las ciudades de Lagos y Abuja para contener la propagación de Covid-19, asignando un fondo especial de emergencia. ¿Qué temores hay entre la gente sobre el Coronavirus?
R. - Por el momento hay alrededor de un centenar de personas infectadas, pero ante el riesgo de que la situación del Coronavirus en Nigeria empiece a ser como en otros países, el temor es que no tenemos ni siquiera los medios mínimos para hacerle frente, significa que el virus tendrá rienda suelta para causar daños, incluso causando la muerte de personas. No sabemos qué pasará. Esperamos que el Señor nos dé la fuerza para que los pobres puedan sobrevivir, sin Él no podemos hacerlo. Y a partir de la próxima Pascua podremos tener esperanza como una resurrección de la muerte.
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