Sí a la Inteligencia Artificial, pero con ética
Emanuela Campanile – Ciudad del Vaticano
"Contribuciones de la Iglesia Católica a las reflexiones éticas en la era digital", es el título del artículo escrito por un grupo de expertos de la Academia Pontificia para la Vida que se publicó en el último número de Nature Machine Intelligence, la revista que abarca una amplia gama de temas éticos, argumentos de machine learning, robótica e inteligencia artificial. Para los apasionados y expertos en esta materia ya hay varias pistas que traen a la mente el pasado 28 de febrero.
Con la mirada puesta en Roma
Para quien está menos familiarizado con la Artificial Intelligence, recordamos la firma – que tuvo lugar precisamente en Roma el 28 de febrero de 2020 – del documento Call for an AI Ethics, un verdadero y propio llamamiento por una ética de la inteligencia artificial. La Carta fue firmada por la Academia para la Vida, la alta dirección de Microsoft y de IBM, con la participación del Parlamento Europeo, de la FAO y del Gobierno italiano.
Ética y diálogo orientados al futuro
En el artículo, que recoge la reflexión del grupo multidisciplinario sobre la ética de los robots a través de la exploración de temas como la personificación, la mediación y la inteligencia, se refiere obviamente al documento Call for an AI Ethic, es decir a una ética en la inteligencia artificial. Asimismo se destaca cómo la antropología cristiana promueve una ética abierta al futuro con una actitud hacia la ciencia y la tecnología fundamentalmente confiada y disponible. También subraya la importancia del diálogo ya iniciado entre los expertos en tecnología y los investigadores de las ciencias sociales que, se espera, debería extenderse hasta incluir reflexiones en los ámbitos filosófico y teológico con beneficios para todos.
Progreso tecnológico, medio ambiente y equidad
En las observaciones conclusivas se subraya que la innovación digital y el progreso tecnológico deben contribuir al desarrollo y al beneficio humano – en especial de los potenciales excluidos – y en el respeto del medio ambiente. Por otra parte, los beneficios deben lograrse mediante acciones equitativas, una cooperación global e inclusiva y a través del fortalecimiento de un diálogo entre las confesiones religiosas logrado también gracias a eventos y publicaciones científicas. La Academia Pontificia para la Vida, se recuerda, participa de manera proactiva, con valentía y discernimiento en este desafío social e histórico que implica profundas transformaciones.
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