Covid-19. Víctor Valda: ¡Es terrible no tener más camas para atender a todos!

Manuel Cubías – Ciudad del Vaticano

“Nadie en el mundo estaba preparado para esta pandemia”. Esta es la frase con que inicia nuestra conversación con Víctor Hugo Valda, director general del Hospital Católico en Santa Cruz, Bolivia. Él recuerda la llegada de la primera persona infectada. Procedía de Italia. Ella sufrió el rechazo de los habitantes tanto en su comunidad como en el hospital, pues no querían atenderla. “Una analogía sería la situación de los leprosos en tiempos de Jesús”, afirma Valda.

Hospitales y clínicas desbordados, pero Dios está con nosotros

Hasta el 1 de julio, el Ministerio de Salud boliviano reportaba un total de 34.227 contagios. 1.008 en el último día en todo el país, de los que 376 corresponden a Santa Cruz, que contabiliza, un total de 19.257 casos.

La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) comunica que, del total nacional de casos de contagio, 27.351 se han contabilizado en la región amazónica boliviana, con un total de 919 decesos al 1 de julio 2020.

Valda afirma que, en las actuales circunstancias, “son pocas las instituciones sanitarias que estamos atendiendo a pacientes con Covid-19. Como hospital católico, a todos los pacientes les damos atención, sin embargo, no es posible atenderlos a todos porque estamos saturados. No tenemos camas disponibles para una atención a largo plazo. ¡Es terrible no poder tener más camas en terapia intensiva para poder atender a todos! Lamentablemente algunos mueren no por falta de voluntad para atenderlos, sino porque carecemos de medios. La curva sigue creciendo y la situación se volverá aún más trágica; sin embargo, sabemos que no estamos solos en esta lucha, Dios está con nosotros”.

Fortalezas y debilidades en la lucha contra la pandemia

Víctor Hugo Valda reconoce los esfuerzos que cada día realiza la estructura sanitaria del país, pero hay muchas dinámicas que atender simultáneamente: la organización de la sociedad para enfrenar la pandemia, la adquisición y gestión eficaz de los recursos, así como la adaptación de procesos sanitarios para enfrentar la emergencia. En este contexto, el director del Hospital Católico subraya un proceso básico que tiene que ser modificado: “hacer las pruebas en tiempo real. Aquí en Santa Cruz los resultados de las pruebas llegan con casi doce días de retraso. Esto aumenta el riesgo de contagio, porque sabemos que la enfermedad se presenta asintomáticamente y esto aumenta el riesgo de contagio. Además, la gente no está respetando suficientemente las medidas preventivas”.

“Como país necesitamos sin lugar a duda asignar más presupuesto a la salud. Además, que los empleados públicos consideren su trabajo como un servicio y no como una posibilidad de corromperse y para malgastar el dinero que es de todos”, afirmó Valda, señalando la corrupción, una situación que ha sido denunciada por los obispos.

Una sociedad que enfrenta sus propios miedos

Valda pone en evidencia varias conductas que tienen en su origen el miedo al contagio y afirma: “Debido a que hay saturación en los hospitales, el pánico no es solo a ser contagiado, sino a no ser atendido y no tener la posibilidad de una cama de terapia intensiva”. Subraya que, al no contar con todas las medidas de bioseguridad, también el personal sanitario enfrenta sus propios miedos al contagio. Con algunos proveedores de los hospitales también han tenido dificultades, pues temen llegar hasta los hospitales a dejar los insumos.

Mirando hacia el futuro, Víctor Hugo Valda reflexiona y dice: “Talvez cuando pase esto y veamos hacia atrás, podremos ver que hemos tenido muchos desvelos, muchos esfuerzos, mucho estrés y mucho dolor por ver la cantidad de contagios y mucha impotencia al ver que algunos parten a la casa del Padre por esta enfermedad y nosotros no hemos podido salvarlos. La iglesia en Bolivia desde que apareció el primer contagiado, no dudó en atender a las personas que sufren”.

Organización para enfrentar las debilidades

Valda subraya la conexión entre los efectos de la pandemia y la realidad del sistema de salud, así como la necesidad de tener otros enfoques para superar las deficiencias: “Los datos de nuestra realidad boliviana: el seguro social de corto plazo sólo lo tiene el 30, 6%, de la población; el seguro público, el 11,9%. Aunque existe el seguro universal de salud, no está funcionando en su total capacidad. Casi un 50% de la población no tiene ninguna cobertura de salud”.

La gestión de la pandemia en el Hospital Católico de Santa Cruz

Víctor Valda afirma que, con la pandemia, el Hospital Católico ha tenido que coordinar esfuerzos con otros hospitales, con la Iglesia y con la sociedad civil. La gestión de los pacientes era un tema importante. Identificar los pacientes sintomáticos y asintomáticos, luego la cadena de asistencia, primero el confinamiento domiciliario, y si el paciente se complica, el tipo de terapia: intermedia o intensiva. Luego ver los asintomáticos y las medidas para interrumpir la cadena de contagio.

La adecuación del personal a la nueva situación fue otro de los retos enfrentado, así como la gestión hospitalaria en cuanto a las compras de insumos y equipos, que dada la situación han aumentado de precio. “Ahora estamos atendiendo a muchos pacientes en línea, sin perder la humanidad y el cariño por ellos”.

Valda cierra la conversación subrayando: “Lo que nos mueve es la frase de san Agustín: “Trabaja duro como si todo dependiera de ti y reza intensamente como si todo dependiera de Dios. Estamos en las manos de Dios.  Nuestra motivación es esa. Debemos cumplir las indicaciones de las autoridades de salud en cuanto cuidados y cuarentena”.