Francia. Ley de bioética. Obispos: un voto guiado por la miopía
Liza Zengarini - Ciudad del Vaticano
Tras una semana intensa de debates parlamentarios, en la noche entre el 31 de julio y el 1 de agosto, con 60 votos a favor, 37 en contra y 4 abstenciones, la Asamblea Nacional francesa dio luz verde al controvertido proyecto de ley de bioética. El texto aprobado en segunda lectura tras la votación en el Senado, confirma las medidas deseadas por el partido de Macron, la République en Marche (Lrem), y apoyadas por la izquierda. Se trata, en particular, de la extensión de la procreación médicamente asistida (PMA), hasta ahora reservada a las parejas heterosexuales con problemas de infertilidad, a las parejas compuestas por mujeres y a las mujeres solteras. También está previsto el reembolso de la seguridad social, que había sido excluido en primera lectura por el Senado. También se confirma la posibilidad de que las mujeres conserven sus óvulos incluso en casos en los que no existe una necesidad médica. Además, las nuevas reglas facilitan la investigación con células estaminales embrionarias. Sin embargo, el texto tendrá que ser reexaminado por el Senado antes de su aprobación final, que probablemente no tendrá lugar este año.
La reacción de los obispos, que han intervenido varias veces en los últimos meses contra la medida, insistiendo entre otras cosas en el derecho de todos los niños a tener un padre, no se hizo esperar. "Durante los debates parlamentarios, se argumentó que este proyecto de ley tenía que ver con el amor en la familia. ¡Pero los parlamentarios no deben interferir en este espacio íntimo y legislar sobre el amor! Su misión es establecer la ley basada en el respeto de la dignidad humana y los valores éticos resultantes, incluida la protección de los más débiles", afirmó con fuerza Monseñor Pierre d'Ornellas, responsable del grupo de trabajo sobre bioética de la Conferencia Episcopal francesa (CEF), en una nota publicada el 1 de agosto en el sitio web de la CEF.
Durante el debate, el Primer Ministro Jean Castex instó a los parlamentarios a preservar el "equilibrio" resultante de la votación en primera lectura. Pero Monseñor d'Ornellas objeta: "¿Podemos hablar de 'equilibrio' cuando este proyecto de ley efectivamente prohíbe a los niños tener un padre? ¿Podemos hablar de 'equilibrio' cuando, prevaleciendo el proyecto parental, el poder de los más fuertes - el de los adultos - impone deseos a los más débiles, los niños, que son en todo caso sujetos de derecho?". En la nota también se destaca el riesgo de eludir el principio de gratuidad en el acceso a los gametos, según el cual todas las partes del cuerpo humano "son por naturaleza gratuitas en virtud de la dignidad del ser humano del que proceden".
Ante la reanudación del debate sobre la ley en el Senado, Monseñor d'Ornellas se dirige a los senadores con una invitación a no seguir la "miopía" de los diputados de la Asamblea Nacional: "Nuestro maltratado planeta reclama urgentemente un cambio de rumbo ecológico. Todo está conectado para los seres vivos, ya sea que pertenezcan a la naturaleza o sean seres humanos. ¡No perdamos el sentido de la historia!" es el último llamamiento de los obispos franceses.
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