Miguel Ángel, artista universal, testigo de la historia
Paolo Ondarza – Ciudad del Vaticano
Una página crucial en la historia de la cultura e identidad occidental a través de los ojos de Miguel Ángel. La exposición en el Palacio Ducal de Génova cuenta la historia a través de las obras originales del gran Maestro, dibujos, escritos autógrafos, normalmente guardados en las bóvedas de los archivos. Buonarroti es definido "Artista Universal" ya por Giorgio Vasari en el siglo XVI: es una expresión que resume una opinión compartida sobre el escultor, el pintor, el arquitecto y el poeta, creador de obras inimitables. La exposición traza la larga parábola del protagonista del Renacimiento, de casi noventa años, tachonada, desde la adolescencia, de contactos y encuentros con figuras clave, protagonistas de la política y la cultura de la época.
"La época de Miguel Ángel -explica la conservadora Cristina Acidini- es uno de los momentos más espléndidos de la historia de Italia, en el que ya se perfilan los contornos de la Europa moderna. Esta es la historia de la que somos niños: una historia de crecimiento, de contraste, incluso de violencia, que ha marcado nuestra forma de ser europeos".
"Aunque hizo todo lo posible por mantenerse alejado de la política, Miguel Ángel estaba inmerso en este contexto". Fue testigo de las tormentosas convulsiones políticas de la época: desde el ascenso a la expulsión de los Médicis en Florencia, a la predicación de Savonarola y el advenimiento de la república; desde el saqueo de Roma a las laceraciones del cristianismo, hasta el surgimiento de la Contrarreforma.
Una concatenación de hechos históricos narrados en el Palacio Ducal desde el punto de vista de un hombre de grandes contradicciones: generoso y suspicaz, franco y prudente, amable y brusco. Reconstruyendo la densa red de relaciones y encuentros que tuvo el artista, explica Cristina Acidini, la exposición saca un retrato suyo: "no el artista solitario y gruñón, sino el hombre inmerso en la vida social de la época".
Miguel Ángel sirvió hasta siete papas y atendió de adolescente a dos futuros papas de la familia Medici: León X y Clemente VII. Su carácter tímido y su estilo de vida sobrio siempre lo han hecho independiente y libre de condicionamientos frente a los poderosos para los que trabajaba: desde Lorenzo el Magnífico hasta la realeza de Francia, como Francisco I de Valois y Catalina de' Medici. "Tenía un carácter afirmativo, a veces abrupto", recuerda Cristina Acidini. "En uno de ellos, el amigo Sebastiano del Piombo le escribe: "Asustas hasta a los papas".
Entre las obras expuestas en el Palacio Ducal destaca la Madonna della Scala, obra maestra de la juventud, realizada en 1490, conservada en la Casa Buonarroti de Florencia, en la que se asimila la lección de Donatello. "Es un bajorrelieve presumiblemente ejecutado con sólo 16-17 años de edad. Miguel Ángel - observa Acidini - imita a Donatello, pero tiene una originalidad de su propia disposición: representa una misteriosa escalera con niños ocupados; una Virgen con un perfil abstracto en su propio pensamiento. Una serie de signos y símbolos aún por descifrar". En el mármol la capacidad de representación espacial es impresionante: "como en la Batalla de los Centaruri: incluso en pequeñas superficies, Miguel Ángel consigue obtener increíbles vistas en perspectiva y cuerpos abarrotados".
También es digno de mención el Cristo Resucitado de alrededor de 1515, conservado en la iglesia de San Vincenzo Martire en Bassano Romano en la provincia de Viterbo. El mármol, de 2,5 metros de altura, es la primera versión del Cristo Redentor conservada en Santa María sopra Minerva en Roma: sólo fue iniciada y luego abandonada por Buonarroti a causa de una veta de mármol, aún visible en la mejilla del Salvador. "La estatua quedó sin terminar. Fue completado por un escultor desconocido encargado por Justiniani que encargó la obra".
La exposición también documenta las relaciones más íntimas de Miguel Ángel: la de Vittoria Colonna, marquesa de Pescara e intérprete de las angustias religiosas de la época, o su amistad con el joven Tommaso Cavalieri. Para este último se realizó en 1535 el extraordinario dibujo de Cleopatra, una hoja concebida como "dibujos de presentación": "Son dibujos preparados para los amigos, tienen un carácter exclusivo. En el frente de la hoja - continúa el curador Acidini - Cleopatra es una bella mujer peinada con nobleza y gracia, en el reverso es una cabeza gritona, en la garra de la angustia del suicidio. Casi una advertencia de lo rápido que es la transformación de la alegría en dolor, de cómo pueden cambiar los destinos humanos".
En el Palacio Ducal hay una importante selección de la correspondencia de Miguel Ángel: dibujos autógrafos, rimas, estudios conservados en gran parte en la Casa Buonarroti. Dibujos de escultura y arquitectura, pero también notas como una lista de la compra, acompañada de dibujos y bocetos. Finalmente, el visitante se proyecta desde el Palacio Ducal al territorio regional circundante: de hecho, hay muchos lugares vinculados a la familia Della Rovere de Savona, de la que procedían los papas Julio II y Sixto IV, tan vinculados a Miguel Ángel.
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