Pakistán: Arrestado el Muftí por celebrar un matrimonio forzado
Vatican News
Mientras crece en Pakistán la movilización de los cristianos contra los matrimonios y las conversiones forzosas al Islam de menores pertenecientes a minorías religiosas, después del caso de Arzoo Raja, otro caso de hace más de un año vuelve en estos días a la atención de las crónicas.
El caso de Neha Pervaiz
Según reporta la agencia de noticias Ucanews, el pasado 10 de noviembre, un tribunal pakistaní ordenó el arresto de un muftí por haber unido en matrimonio a una joven cristiana de 15 años de edad con un hombre musulmán de 45. La joven Neha Pervaiz fue secuestrada el 28 de abril de 2019, violada, obligada a convertirse y luego a casarse con su violador. Esta muchacha había logrado escapar y había denunciado los secuestradores a la policía. Ahora la orden judicial en Karachi ordenó el arresto del Muftí Qazi Ahmed Jaan Raheemi, el clérigo musulmán que había celebrado la boda.
La movilización de los cristianos es cada vez mayor
La noticia sigue a la de la anulación del matrimonio de Christian Arzoo Raka, de 13 años de edad, dispuesta el 9 de noviembre por el Tribunal Superior de Sindh, que aceptó que la niña era, en efecto, menor de edad. El caso ha reavivado las protestas de los cristianos pakistaníes contra esta práctica cada vez más extendida. En una nota publicada el 7 de noviembre, la Conferencia Episcopal de esta nación definió las conversiones forzadas como un "nuevo instrumento de persecución contra las minorías cristianas e hindúes" en el país.
Combatir los matrimonios precoces
En la declaración, firmada por el Presidente de la Conferencia Episcopal de Pakistán, Monseñor Joseph Arshad, los Obispos pidieron justicia para Arzoo y una intervención decisiva del Gobierno para combatir los matrimonios precoces con el fin de la conversión al Islam. La Iglesia afirma:
Garantizar los derechos de las minorías religiosas
Del mismo tenor es otra declaración conjunta firmada por el Cardenal Joseph Coutts, Arzobispo de Karachi, por el Obispo anglicano Kaleem John junto con líderes pentecostales, bautistas y de otras confesiones que pedían al Gobierno "que tomara nota de estos incidentes" y "que trabajara para garantizar los derechos de las minorías religiosas en Pakistán, tal como se establece en la Constitución".
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