El periodismo, una vacuna contra la desinformación, pero sólo para pocos países
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
En el 73% de los 180 países analizados por Reporteros sin Fronteras, el periodismo está fuertemente obstaculizado. Estos países se caracterizan por situaciones consideradas "muy graves", "difíciles" o "problemáticas" para la libertad de prensa. Y la pandemia parece haber agravado la situación, en la que - explica el informe - "los periodistas se enfrentan a un cierre en el acceso a las fuentes de información, debido a la crisis sanitaria o con el pretexto de la misma". La pregunta es, por tanto, una: ¿veremos una reapertura tras el fin de la pandemia? La respuesta no es tan obvia, teniendo en cuenta que "a los periodistas les resulta cada vez más difícil investigar e informar sobre temas delicados", sobre todo en Asia y Oriente Medio, pero también en Europa, donde "la pandemia ha condicionado a la prensa, sobre todo en el Este -explica Anna Del Freo, miembro del Comité Directivo de la Federación Europea de Periodistas y vicesecretaria de la Federación Nacional de la Prensa Italiana-, donde, para muchos países, ha sido una oportunidad para apretar, para expresar el autoritarismo incluso a nivel político". El ejemplo citado por De Freo es el de Eslovenia, donde, "siguiendo la estela de Polonia y Hungría, la pandemia ha provocado restricciones a la libertad justificadas por la urgencia y la emergencia, pero que se han convertido en verdaderas restricciones a la difusión de la información, al acceso a la información". Por lo tanto, los periodistas tenían más dificultades para decir lo que tenían que decir e incluso para acceder a la información.
Los llamamientos del Papa
A lo largo de los años, también ha habido llamamientos del Papa Francisco a favor de la libertad de prensa, porque, como explicó en el pasado, el periodismo está al servicio de "los que no tienen voz", porque "necesitamos un periodismo libre, al servicio de lo verdadero, lo bueno, lo justo; un periodismo que ayude a construir la cultura del encuentro."
Crece la desconfianza en los periodistas
El informe revela también otro hecho grave y preocupante: la creciente desconfianza de los ciudadanos en los periodistas. El informe afirma que el 59% de los encuestados en 28 países "creen que los periodistas intentan deliberadamente engañar al público difundiendo información que saben que es falsa". Sin embargo, explica Rsf, "el rigor periodístico y el pluralismo pueden contrarrestar la desinformación y la infodemia, es decir, la manipulación y las habladurías".
El norte de Europa, un modelo de libertad de prensa
Los países más virtuosos siguen siendo los del norte de Europa. Noruega, Finlandia, Suecia y Dinamarca ocupan los cuatro primeros puestos de la clasificación. "Son países más pequeños -añade De Freo- con un sentido del deber cívico muy elevado, donde las libertades personales y sociales están más garantizadas. Son países con un bienestar económico, todo esto se refleja, por supuesto, también en la libertad de prensa porque son países libres, donde los derechos fundamentales están muy garantizados y el derecho a la información es uno de ellos". Así pues, el norte de Europa "sigue siendo una especie de estrella del norte para todo tipo de derechos y libertades". Según Reporteros sin Fronteras, la situación de la libertad de prensa en Estados Unidos es bastante buena. Brasil, India, México y Rusia están en la zona roja. China se mantiene estable en la zona negra, seguida de Turkmenistán, Corea del Norte y Eritrea. El continente africano sigue siendo el más violento para los periodistas, pero también es aquí donde se encuentran las principales mejoras del año, ya que Burundi, Sierra Leona y Mali son los que más puestos ocupan en la clasificación. En el último lugar, de nuevo este año, se encuentra la región de Oriente Medio y África del Norte, con Arabia Saudí, Egipto y Siria, de los que se dice que han "intensificado su amordazamiento de la prensa".
Los ejemplos negativos de Europa
Europa sigue siendo la región más segura, pero incluso aquí encontramos situaciones muy graves, añade Del Freo, que habla de Turquía, un país a caballo entre dos continentes y que sigue siendo "la mayor cárcel para periodistas de Europa, si no del mundo"; de Bielorrusia, con el gran número de periodistas detenidos y encarcelados sólo por haber cubierto con sus reportajes las protestas del pasado verano; de la pésima situación de Hungría y Polonia y de la fea deriva de Eslovenia y los Balcanes.
El periodismo es el antídoto contra la desinformación
"El periodismo es la mejor vacuna contra la desinformación", explica el secretario general de RSF, Christophe Deloire, aunque, señala, "su producción y distribución se ven bloqueadas con demasiada frecuencia por factores políticos, económicos, tecnológicos y, a veces, incluso culturales". Pero una verdad permanece: frente a "la viralidad de la desinformación, el periodismo es el principal garante de que el debate público se base en una diversidad de hechos comprobados".
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