Bolivia. Pueblos indígenas llevan más de 30 días marchando por sus derechos
Ciudad del Vaticano
“El 15 de agosto de este año, se celebró 31 años de la ‘Gran Marcha’ histórica de los 90, que llevó a los indígenas bolivianos hasta La Paz. Logrando algunas reivindicaciones que están incluso en nuestra Constitución. Este año, los marchistas partieron el 24 de agosto pasado, rumbo a la ciudad de Santa Cruz y una de las principales demandas es el tema del territorio, ya que en la actualidad los pueblos sufren constantes avasallamientos a pesar de existir leyes que los protegen”, es el relato de la periodista Mercedes Fernández, en sus declaraciones a Iglesia Viva, el Sistema de Información de la Iglesia Católica en Bolivia, en la que da cuenta que, la Gran Marcha Indígena que convoca a Oriente, Chaco y la Amazonía boliviana, partió desde la ciudad de Trinidad (Beni) rumbo a Santa Cruz de la Sierra, hace 30 días.
Avasallamientos por parte del Gobierno
La periodista boliviana da cuenta que, pasados los 15 días, los marchistas ya han consolidado la creación del “Parlamento Indígena”, que viene a ser ese conjunto de representaciones indígenas, de análisis, de contribución al país, a las diversas fuerzas políticas, y a los niveles que correspondan del Estado, para conocer qué es lo que piensan, qué es lo que proponen, qué es lo que necesitan los indígenas. A pesar de contar con leyes y que la Constitución Política del Estado, reconoce los derechos de los indígenas y de sus pueblos. En la práctica se intentan construir carreteras sin consultas aprobadas, a lo que los indígenas ven avasallamientos, por parte del Gobierno.
Con esperanza apuestan por el diálogo
Como cristianos y desde la fe, Mercedes Fernández invita a tener mayor sensibilidad con los hermanos indígenas y respetarlos: “tenemos que tener los sentidos abiertos para estos bolivianos que, como nosotros en justo derecho necesitan educación, necesitan salud, necesitan desarrollarse dignamente en su territorio y sobre todo, respetar que ellos están cuidando esa naturaleza, y esa selva, y que tienen generaciones que vendrán y que quieren vivir como ellos han vivido, es decir, extrayendo en la naturaleza lo justo y necesario, sin que ésta sea explotada para beneficio solamente material y económico de otros”. A Mercedes lo que más le impacta de nuestros hermanos indígenas es “la humildad, la claridad y la firmeza que tienen estos pueblos indígenas, que están llegando hasta Santa Cruz heridos, a pesar de estar 31 años esperando que se cumplan muchos de sus derechos, todavía tienen una esperanza y apuestan por el diálogo, por un escuchar por parte de las autoridades”.
Solidaridad y cercanía de la Iglesia
A lo largo de estos 31 días de la marcha, la periodista boliviana pudo evidenciar como la Iglesia católica a través de las familias, comunidades y parroquias acoge a los indígenas, brindando un espacio para descansar o para las reuniones con los pobladores, celebrando la Eucaristía junto a ellos, desde las homilías acompañando sus luchas y dando alimentos y agua. “Es el momento oportuno de abrir el corazón, pero también de reivindicar dignidades desde este entendimiento que la Madre Tierra y la naturaleza es algo que nos protege, que tenemos que cuidar y dentro de ellas estamos los seres humanos y nuestros pueblos indígenas”.
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