Armas autónomas: la conferencia de la ONU se cierra sin acuerdo
Amedeo Lomonaco – Ciudad del Vaticano
La Sexta Conferencia de revisión de la Convención sobre la prohibición o limitación del empleo de algunas armas convencionales se concluyó sin ningún acuerdo. Uno de los objetivos de la reunión era reconocer la necesidad de trazar normas y líneas morales para garantizar un control humano sobre el uso de armas autónomas letales. También tenía la ambición de iniciar negociaciones sobre un instrumento jurídicamente vinculante. En su lugar, la Conferencia terminó con la indicación de "considerar propuestas", elaborar posibles medidas "teniendo en cuenta los protocolos existentes", y posponer todo a nuevos debates en 2022.
¿Qué son las armas autónomas?
A diferencia de las armas semiautónomas, las armas totalmente autónomas están controladas por sensores y software. Utilizan nuevas tecnologías como la inteligencia artificial y el reconocimiento facial. El escenario, hasta ahora visto en las tramas de algunas películas pero ya desarrollado en parte por la tecnología, es el de tanques, submarinos, robots y flotas de drones atacando objetivos sin supervisión humana. En un informe de la ONU publicado en marzo pasado, se señalaba que el primer ataque autónomo con drones ya había tenido lugar en Libia. Algunos países, como Estados Unidos y Rusia, han dedicado grandes sumas al desarrollo de estas armas. En general, los datos sobre el gasto militar en el mundo son dramáticos: se ha duplicado desde el año 2000 a nivel global, alcanzando casi dos billones de dólares al año, frente a las numerosas guerras, muchas de ellas olvidadas, que afligen al mundo.
La guerra es un fracaso de la humanidad
El diálogo internacional, no las armas, es el camino a seguir. En el Ángelus del domingo 12 de diciembre, el Papa Francisco recordó datos alarmantes. "Me duele mucho – dijo el Pontífice – la estadística que he leído, la última: en este año se han fabricado más armas que el año pasado. Las armas no son el camino". El Santo Padre escribió en su encíclica Fratelli tutti: "La guerra es un fracaso de la política y de la humanidad, una rendición vergonzosa, una derrota frente a las fuerzas del mal".
Santa Sede: Hacer todo lo posible por el desarme completo
Los sistemas de armas, especialmente los autónomos, plantean cuestiones morales y éticas. Según la Santa Sede, "es imperativo asegurar una supervisión humana adecuada, significativa y consistente" porque sólo los seres humanos "son capaces de ver los resultados de sus acciones y de comprender las conexiones entre causa y efecto". En la reunión de Ginebra, la Santa Sede también reiteró la necesidad de hacer todos los esfuerzos posibles "para lograr un desarme general y completo bajo un estricto y eficaz control internacional". En su intervención en la conferencia de Suiza, Monseñor John D. Putzer, encargado de negocios ad interim ante la Misión de Observador Permanente de la Santa Sede ante la ONU en Ginebra, indicó también una prioridad: la de "continuar la codificación y el desarrollo progresivo de las normas de derecho internacional aplicables en los conflictos armados".
La inteligencia artificial al servicio del bien común
El representante del Vaticano dijo que hay que invertir la tendencia hacia un uso de la inteligencia artificial compartido entre Estados y con fines totalmente pacíficos y no militares. La Santa Sede insta a las naciones a considerar "la creación de una organización internacional para la inteligencia artificial, que facilite y garantice el derecho de todos los Estados a participar en el intercambio más completo posible de información científica y tecnológica para usos pacíficos y para el bien común de toda la familia humana". En estos tiempos de pandemia, explicó Monseñor Putzer, es importante "poner las tecnologías emergentes al servicio de la humanidad para usos pacíficos y para el desarrollo humano integral".
Se necesita un plan ambicioso de nuevas normas
La Sexta Conferencia de revisión de la convención sobre la prohibición o limitación del empleo de algunas armas convencionales no dio lugar a un consenso, pero fue una oportunidad para el debate y la discusión. Los Estados acordaron seguir trabajando en las tecnologías emergentes en el ámbito de los sistemas de armas autónomas letales durante un año más. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió a los países que presentaran un "plan ambicioso" sobre las nuevas reglas. Austria y Nueva Zelanda han propuesto, en particular, la creación de una nueva ley internacional para regular las armas autónomas. Muchos países expresaron su decepción por no haber llegado a un acuerdo en la conferencia de Ginebra. "Al ritmo actual, el ritmo del desarrollo tecnológico corre el riesgo de sobrepasar nuestras deliberaciones", dijo el embajador suizo Felix Baumann.
Decepción de las ONG por la falta de acuerdo
Las organizaciones no gubernamentales que trabajan en este frente lo lamentan mucho. Instaron a los negociadores a empezar a trabajar en un tratado internacional para establecer nuevas normas jurídicamente vinculantes. "Se trata de una verdadera oportunidad perdida", dijo el asesor científico del Comité Internacional de la Cruz Roja, Neil Davison. La coalición "Stop Killer Robots" expresó su decepción, afirmando que unos pocos Estados, especialmente Estados Unidos y Rusia, habían impedido que la mayoría de los países aprovecharan "una oportunidad histórica", pero también reiteró que seguiría trabajando para garantizar un mundo en el que la tecnología se desarrolle y se utilice para promover la paz.
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