Que los responsables de los hechos en Myanmar rindan cuentas
Vatican News
En un comunicado de prensa, Save the Children, informa que en Myanmar han sido identificados dos empleados de esta organización entre los cuerpos quemados de las 35 personas asesinadas el 24 de diciembre. Save the Children pide que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna urgentemente para definir las medidas que piensa tomar para que los responsables de estos hechos rindan cuentas, que los Estados miembros impongan un embargo de armas, que la ASEAN trabaje para que se cumplan los acuerdos firmados en abril y que se encuentre una solución diplomática para frenar la violencia. En la nota de la organización que lleva más de un siglo luchando por salvar a los niños en peligro y asegurar su futuro se lee:
Los fallecidos de Save the Children
Los dos miembros del personal eran padres primerizos, apasionados por la educación de los niños. Uno de ellos tenía 32 años, un hijo de 10 meses y llevaba dos años trabajando con Save the Children como formador de profesores. El otro, de 28 años, tenía una hija de tres meses y se había unido a la organización hace seis años. Por el momento, y por razones de seguridad, sus identidades no se hacen públicas.
"Los dos compañeros sufrieron el ataque cuando regresaban a su oficina tras una intervención humanitaria en una comunidad cercana. Los militares detuvieron el convoy y obligaron a la gente a salir de sus coches. Algunos fueron detenidos, muchos fueron asesinados y sus cuerpos quemados".
Noticia aterradora
"Esta noticia es realmente aterradora. La violencia contra civiles inocentes, incluidos los trabajadores humanitarios, es intolerable y este ataque sin sentido es una violación del derecho internacional humanitario”, se afirma en la nota.
Asimismo Inger Ashing, directora general internacional de Save the Children afirma: “La investigación sobre la naturaleza del incidente continúa y estamos haciendo todo lo posible para garantizar que nuestro personal y las familias de las víctimas reciban el apoyo que necesitan tras este devastador suceso. Por desgracia, no se trata de un incidente aislado. La población de Myanmar sigue siendo objeto de una escalada de violencia y estos horribles incidentes exigen una respuesta firme e inmediata".
Imponer un embargo de armas
Según Inger Ashing: "El Consejo de Seguridad de la ONU debe reunirse cuanto antes para definir las medidas que adoptará para que los responsables de estos hechos rindan cuentas. Los Estados miembros deberían imponer un embargo de armas y también centrarse en limitar los ataques aéreos observados en los últimos días. La Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) también debe convocar una reunión urgente para revisar y aplicar el acuerdo de cinco puntos establecido en abril, que exige el fin inmediato de la violencia en Myanmar”. Y añadió:
"Además, el Enviado Especial de la ASEAN debe trabajar para mediar en una solución diplomática. Estas medidas son terriblemente urgentes para proteger a los niños y a los trabajadores humanitarios. Nuestra organización tiene el corazón roto por dos queridos e insustituibles colegas, cuyas muertes representan una pérdida para los niños de Kayah y de todo Myanmar".
Save the Children está en Myanmar desde 1995
Save the Children lleva trabajando en Myanmar desde 1995, ofreciendo programas de atención sanitaria, alimentación, educación y protección de la infancia a través de más de 50 socios y 900 empleados en todo el país. Tras este último incidente, han suspendido temporalmente sus operaciones en Kayah, Chin y en algunas zonas de Magway y Kayin. Sin embargo, la organización mantiene su compromiso de ayudar a los niños más vulnerables de Myanmar, especialmente en este periodo de extrema violencia y crisis.
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