Argentina. Boreski: La guerra en Ucraina es el ‘deja vu’ de nuestros antepasados
Alina Tufani Díaz – Vatican News
“La sensación que tenemos hoy es de muchísima angustia, muchísimo dolor, de desconsuelo, al ver el sufrimiento de nuestros hermanos”. Lo expresa Gabriel Boreski, presidente de la Colectividad Ucraniana de Apóstoles, Pueblos, Colonias, Norte de Corrientes, a nombre de la comunidad que hoy, en Argentina, en particular, en el Norte, vive en la distancia la brutalidad de la guerra.
Más de medio millón de descendientes de inmigrantes ucranianos, que constituyen la séptima comunidad más numerosa de la diáspora ucraniana, viven con zozobra en Argentina lo que ocurre en la nación de sus antepasados. De los que llegaron hace 125 años y poblaron una buena parte del territorio norteño; de los que llegaron tras la hambruna en los años ’30; de los miles que se ubicaron también en la capital, Buenos Aires, tras la primera y segunda Guerra Mundial; e incluso de los que llegaron en los años ’90 y que nacieron en Ucrania.
“A estos lugares, han llegado nuestros abuelos y bisabuelos hace 125 años y, justamente, vinieron motivados por la misma razón que está sucediendo hoy en Ucrania: por la guerra, por el dolor, por el sufrimiento. También estamos, de alguna manera, entendiendo lo que nos contaban nuestros padres, nuestros abuelos, que fue un camino muy similar por el que pasaron. Así que la historia para nosotros se vuelva a repetir y es algo realmente muy, muy triste”, manifiesta Boreski, sin dejar de denotar indignación y dolor.
Por la herencia de una fe y una historia
La Colectividad ucraniana de Apóstoles y sus alrededores se ha activado, desde antes de la invasión rusa, para visibilizar la situación que, a decir de Boreski, es poco conocida y divulgada por la prensa latinoamericana y argentina, considerando que esta guerra se declaró hace 8 años atrás, en el 2014.
“Eso fue, digamos, lo primero que hemos hecho. Después, como siempre decimos, lo único que nuestros abuelos trajeron en sus baúles, en sus “kufer”, como carga de Ucrania, fue la fe, nuestra fe. Entonces, las primeras manifestaciones se realizaron dentro del ámbito de nuestras iglesias, de nuestros cultos, en donde la comunidad, de manera muy masiva, se agolpó en las divinas liturgias, rezando, pidiendo, implorando, suplicando por el fin de la guerra y por la paz”.
Argentina abre sus puertas a refugiados de Ucrania
Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, el 24 de febrero, han sido numerosas las manifestaciones contra la invasión rusa en todo el páis. El pasado sábado 5 de marzo, en Posadas, capital de Misiones, las comunidades ucranianas y argentinos en general se reunieron junto al gobernador de la provincia y otras autoridades civiles y religiosas, en “repudio de esta masacre, que está viviendo el pueblo ucraniano, al que se han sumado los pedidos por la paz en Ucrania y por la finalización de esta guerra”.
Precisamente, en esa importante concentración el gobernador de la Provincia de Misiones, Oscar Herrera Ahuad anunció la apertura de la región para la recepción de los futuros refugiados ucranianos que lleguen a Argentina. “Esto también se está trabajando a nivel nacional – revela Boreski - a los efectos de conseguir que esto se facilite y, es por ello, que el gobierno argentino ha levantado el requerimiento de visa por 3 años a los refugiados ucranianos que lleguen al país”.
Efectivamente, el gobierno argentino a través de su Ministerio de Migraciones dispuso la autorización de ingreso y permanencia de ciudadanos ucranianos por razones humanitarias con un estatus de protección temporal por tres años e incluso serán eximidos del pago de las tasas migratorias.
“Argentina tiene una tradición muy particular, inclusive se encuentra en su propia Constitución, de ser un país que tiene sus fronteras abiertas hacia los inmigrantes y especialmente a los refugiados. Es por ello, que tantos ucranianos han decidido, a lo largo del siglo XX, venir a este país y radicarse aquí en la Argentina”, subraya Boreski.
Un asedio al estilo medieval
Durante la entrevista, Gabriel Boreski mencionó con indignación lo ocurrido en el hospital pediátrico de Mariúpol, el “ataque deliberado, criminal, indiscriminado y salvaje” hacia objetivos civiles, hospitales, escuelas, orfanatos, asilos de ancianos y zonas residenciales.
“Este asedio al estilo medieval de las ciudades ucranianas, no me lleva en lo personal a otra conclusión que la de definir esta situación como un genocidio, como un intento de hacer desaparecer al pueblo ucranio pero como nación, como cultura, como forma de vida, algo muy similar que - vaya paradoja- comenzó hace 90 años, en el invierno de 1932, de la mano del carnicero Stalin, quién decidió matar por hambre a más de 10.000.000 de ucranianos en lo que es el mayor genocidio conocido hasta ahora en la historia moderna de la humanidad, el Holodomor. Así que esta realidad parece una reedición de eso”- recuerda Boreski.
Apóstoles marcha por la paz
La esperanza de un alto al fuego, de que se detengan las acciones bélicas, es el mayor deseo de la comunidad ucraniana de Argentina porque se trata de una nación libre, soberana e independiente y reconocida por Naciones Unidas. Para ello, una nueva manifestación se ha convocado en la Ciudad de Apóstoles, este sábado 12 de marzo, en la Plaza San Martín, a la que asistirán las autoridades civiles y de diversas confesiones religiosas de la región. Allí se reconfirmará la decisión del Consejo Deliberante de Apóstoles, que el pasado 24 de febrero, en una declaración condenó la invasión rusa a Ucrania.
“Ver semejante destrucción en el siglo XXI, que se sale absolutamente de todo tipo de cánones, de lógica y racionalidad, es una barbaridad y un crimen que se está cometiendo contra un pueblo, que es pacífico, que nunca ha invadido a nadie, nunca le ha declarado la guerra a nadie en sus 4500 años de historia”, concluye Boreski.
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