Domingo del Mar: salvar los mares para salvar vidas

“Recordamos a todos los marinos con estima y gratitud por su valiosa labor, así como a los capellanes y voluntarios de Stella Maris. Encomiendo a la Virgen a los marinos varados en zonas de guerra, para que vuelvan a casa.”

“El mar, yo llamo madre mar a este maravilloso entorno, a este organismo que nos permite vivir en el planeta tierra. Por desgracia, la madre mar está siendo atacada en todas partes y en todos los lugares. Hay muchas cosas que tiene que sufrir, desde la sobrepesca, porque estamos pescando demasiado, hasta el cambio climático, pasando por la economía lineal que sólo ha producido muchos residuos que han acabado en el mar. Tenemos que hacer algo al respecto. ¿Y qué hay que hacer? El camino está trazado con mucha precisión por los investigadores de todo el mundo que siguen insistiendo en que no hay más tiempo, que el punto de no retorno está a sólo seis años de distancia. ¿Qué se puede hacer? Sin duda, debemos dejar de quemar, quemar petróleo, gas y carbón. Tenemos que pasar a las energías renovables, que son fuentes limpias y además muy democráticas, porque podemos sacar energía del sol, del mar, del viento, de los volcanes, de los ríos. Así que hay mucha tecnología nueva que nos permite hacer esto. Luego, otro punto fundamental es el de la economía circular: ya no podemos permitirnos producir objetos que nos resultan muy cómodos, ciertamente, pero que luego tiramos y se convierten en residuos. Debemos tomar un poco de ejemplo de la naturaleza, que todo lo crea y todo lo transforma, y no hay desperdicio en la naturaleza, y nosotros también debemos hacerlo. Y luego un tercer punto muy fuerte, del que se habla muy poco, es la transición alimentaria: seguimos pescando y comiendo animales salvajes, cosa que ya no hacemos en tierra, pero hemos vaciado el mar de estos recursos tan importantes, por lo que debemos cambiar nuestra dieta. Hemos lanzado una idea, una campaña precisamente para decir que, al menos una vez a la semana, comamos vegetariano, dejemos de lado a los animales. Esto supondría un gran beneficio porque consumiríamos menos agua, menos suelo, muchas menos emisiones de CO2, que es el famoso gas que altera el clima y que prácticamente está destruyendo un equilibrio que se había formado a lo largo de 4.000 millones de años.”