El hambre afecta a 276 millones de personas. Crisis agravada por la guerra en Ucrania
Vatican News
El número de personas afectadas por el hambre se ha duplicado en los dos últimos años. La cifra total es de 276 millones. En Etiopía, Sudán del Sur, Afganistán y Somalia, la sequía se suma a los efectos del conflicto y la pandemia. Las familias, según informa Save the Children, se ven obligadas a recurrir a medidas extremas para sobrevivir a la peor crisis alimentaria de las últimas décadas. Se necesita una respuesta global unificada para detener esta hambruna. La organización humanitaria, que ha destinado 28,5 millones de dólares a los 19 países más afectados, ya está proporcionando alimentos, dinero en efectivo, apoyo a los medios de subsistencia y servicios esenciales de salud y nutrición para apoyar a los niños y familias más vulnerables. La guerra en Ucrania ha perturbado el sistema alimentario mundial al disparar los precios del trigo y el aceite de girasol.
Muchos países afectados por la sequía
El Cuerno de África, en particular, está sumido en la sequía tras cuatro temporadas consecutivas sin lluvias. 18,4 millones de personas se enfrentan a la inseguridad alimentaria aguda. En algunas partes del norte de Kenia, la única agua disponible para algunas familias proviene de abrevaderos de animales, lo que provoca la propagación de enfermedades debilitantes en las comunidades como la diarrea, con graves consecuencias para los niños. En Somalia, los informes sobre niños que sufren desnutrición están aumentando rápidamente. En Afganistán, en cambio, según las últimas estimaciones, 9,6 millones de niños pasan hambre cada día debido a una terrible combinación de colapso económico, impacto de la guerra en Ucrania y sequía. En las últimas décadas – ha afirmado Gabriella Waaijman, directora humanitaria de Save the Children – se han hecho enormes progresos en la reducción del hambre en el mundo. Los países en primera línea de la crisis climática se han vuelto cada vez más resistentes, con nuevas e innovadoras formas de gestionar el riesgo de crisis cíclicas como la sequía. Sin embargo, todos los países tienen un límite, que para muchos ya se ha superado. Los avances anteriores se están revirtiendo".
Llamamiento a los gobiernos y donantes
La desnutrición causada por el hambre extrema – recuerda Gabriella Waaijman – sigue siendo una de las principales causas de muerte infantil en el mundo, pero es totalmente evitable. "Hacemos un llamamiento a los donantes, institucionales y no institucionales, mundiales y nacionales, y por lo tanto también al gobierno italiano, para que proporcionen urgentemente una financiación adicional y flexible, de modo que puedan prestarse servicios urgentes para salvar vidas a las comunidades más amenazadas. Sabemos cómo tratar la desnutrición y sabemos cómo prevenirla, sólo necesitamos una respuesta global unificada para detener esta hambruna. Juntos también podemos detener el riesgo de que este mortal asesino vuelva a aparecer en el futuro. Sabemos que las causas del hambre actual requieren soluciones innovadoras y a largo plazo que sienten las bases de la resiliencia de la población y aborden las causas fundamentales. Un sistema puramente reactivo no podrá prepararse ni responder a los retos de los próximos años. Juntos, con los gobiernos, los donantes, los socios y las comunidades, debemos cambiar el curso de esta crisis mundial para crear un mundo seguro, feliz y saludable para nuestros niños, libres de sufrimientos y del hambre".
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