La Caravana de la Paz de nuevo en marcha hacia Odessa
Francesca Sabatinelli - Ciudad del Vaticano
Comienza de nuevo con un deseo renovado de dar testimonio de la paz: la sociedad civil reanuda su camino con una iniciativa de paz no violenta destinada a aportar cercanía y ayuda concreta a la población ucraniana en guerra desde el 24 de febrero. Se trata de la Caravana por la Paz, que comenzó en junio, con una iniciativa promovida por más de 175 organizaciones italianas agrupadas bajo el acrónimo #StopTheWarNow, 15 vehículos y unos 50 participantes. De cara al invierno, se están estudiando las necesidades inmediatas, que son medicamentos, alimentos, mantas y sábanas para suministrar a los refugios que se están preparando para los próximos meses.
La misión comenzó esta mañana al amanecer desde Gorizia, y será una larga travesía por Europa del Este a bordo de furgonetas y monovolúmenes cargados de productos de primera necesidad. La primera parada está prevista tras unas trece horas de viaje, en la ciudad ucraniana de Ivano Frankivs'k, donde los activistas pasarán la noche en los locales de la diócesis greco-católica. A continuación, llegarán a la ciudad portuaria de Mykolaiv para entregar ayuda humanitaria a los centros de acogida y reunirse con las asociaciones locales y las autoridades civiles y religiosas de la región. Aquí, desde hace dos meses, hay un centro de voluntarios de la Operación Paloma, el cuerpo de paz no violento de la Comunidad Papa Juan XXIII. También hay una base activa en Lviv. Finalmente, la llegada a Odessa. Las dos primeras caravanas, que llegaron a principios de abril y a finales de junio, llevaron toneladas de ayuda humanitaria a Ucrania, permitiendo la evacuación de cientos de refugiados, entre ellos mujeres, niños, ancianos y discapacitados.
No ser voces en el desierto
"Represento a Pax Christi -dice el presidente Monseñor Giovanni Ricchiuti, obispo de Altamura-Gravina-Acquaviva delle Fonti, que participa en la caravana-, pero también voy como obispo llevando el saludo de paz de todos los prelados italianos. Un saludo de paz, de fraternidad, de solidaridad de compartir". "No estamos allí para jugar a los héroes -continúa Monseñor Ricchiuti-, sino para decir que sufrimos con ellos por esta situación tan grave, por una guerra loca, como dijo el Papa. Una guerra que se está cobrando víctimas en ambos bandos. También vamos a seguir diciendo, aunque sabemos que somos voces en el desierto, que "la guerra no es la solución a los conflictos".
El obispo subraya además que, en caso de necesidad, está dispuesto a traer a los enfermos que necesiten asistencia y cuidados en Italia. Hablando de su experiencia personal, el presidente de Pax Christi, que terminará su mandato en noviembre tras ocho años, recuerda que la primera misión que emprendió fue en la Franja de Gaza. Nunca hubiera pensado -dice- cerrar en otro lugar de sufrimiento, de muerte. Me gustaría hacer un llamamiento: que se dé voz a quienes en este país nuestro están en contra de esta guerra, que se dé espacio a un debate en el que no sean las armas las que tengan siempre la gran voz, sino las aspiraciones de un mundo más pacificado. El Papa y las voces que también atruenan contra esta guerra son, por desgracia, voces en el desierto y me pregunto por qué".
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