Yemen: Después de la tregua es el momento de las negociaciones de paz
Fausta Speranza - Vatican News
Se multiplican los llamamientos para que Yemen aproveche la tregua -que lleva cuatro meses en vigor y se ha prorrogado hasta el próximo 2 de octubre- para iniciar una verdadera negociación de paz. Tras casi ocho años de guerra, en el estado situado en el extremo sur de la Península Arábiga, el alto el fuego mediado en abril por las Naciones Unidas entre todas las partes y relanzado el 2 de agosto se mantiene, con la excepción de algunos disturbios en la zona central de Marib, y el número de víctimas civiles y heridos se ha reducido a la mitad desde su inicio. La tregua prevé el cese de todas las ofensivas militares terrestres, aéreas y marítimas "dentro y fuera de Yemen", incluyendo, por tanto, los ataques de los houthis contra Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos (EAU), así como contra objetivos económicos y comerciales en el Mar Rojo. En concreto, incluye la entrada de dieciocho buques de transporte de combustible en los puertos de la gobernación de Hodeida; dos vuelos semanales de aerolíneas civiles desde y hacia el aeropuerto internacional de Sanaa, en conexión con Egipto y Jordania; nuevas conversaciones sobre la reapertura de las carreteras alrededor de la ciudad de Taiz. Mientras tanto, en el cuadrante Mar Rojo-Bab el Mandeb-Golfo de Adén, entró en funcionamiento la Fuerza Marítima Combinada-153: la nueva fuerza operativa multinacional, dirigida por Estados Unidos, para combatir el contrabando de armas en la zona.
El llamamiento de Unicef
Queda la preocupación de Unicef, que insta a hacer más para proteger a los menores que siguen muriendo, sobre todo por las minas que salpican el país: en cuatro meses han muerto o han sido mutilados 113 niños, según las cifras verificadas por Naciones Unidas, que pueden estar subestimadas. Unicef hace un llamamiento a todas las partes implicadas para que no escatimen esfuerzos a la hora de retirar las minas terrestres y las bombas sin explotar.
Esperanza de verdaderas negociaciones de paz
El objetivo de la ONU en esta fase es construir una negociación política que transforme la tregua en un alto el fuego. Hablamos de ello con Mario Boffo, ex embajador italiano en Yemen.
Boffo subraya en primer lugar que parece haber una voluntad al menos de los países implicados desde el exterior, empezando por Arabia Saudí, de poner fin al conflicto, o incluso de países relativamente vecinos como Turquía. Según el embajador, la tregua se fijó y se renovó precisamente porque Arabia Saudí busca una solución de salida y ha animado al gobierno reconocido internacionalmente a crear un comité ejecutivo que debe negociar una solución política con los Houthis. Por supuesto, dice Boffo, esto no será ni corto ni fácil porque las visiones generales y las agendas de cada parte son diferentes. Además, siempre hay que tener en cuenta el papel de los países extranjeros. Pero, subraya, es el momento de esperar que poco a poco se reactive una negociación política creíble, seria y reconocida por todas las partes.
De la primavera árabe a la guerra
El país lleva buscando la estabilidad desde 2011, desde que la ola de la llamada Primavera Árabe desembocó en protestas y manifestaciones que provocaron un paso atrás del presidente Ali Abdullah Saleh, quien anunció en febrero de 2011 que al final de su mandato presidencial, es decir, en 2013, no se presentaría a las elecciones y cedería el poder a su adjunto, Abdrabbuh Mansour Hadi. Se suponía que la transición política iba a traer la estabilidad al país, que además es uno de los más pobres de todo Oriente Medio, pero no fue así. Desde entonces, la situación en Yemen ha precipitado. El presidente Hadi se ha enfrentado a varios ataques de las fuerzas militares leales a Saleh, a una creciente inseguridad alimentaria y a una crisis económica galopante. En 2014, los combates comenzaron cuando el movimiento rebelde chiíta Houthi tomó el control de la provincia norteña de Saada y de las zonas limítrofes. Los Houthis siguieron atacando y acabaron tomando la capital, Sanaa, lo que obligó a Hadi a exiliarse en el extranjero. El conflicto se intensificó drásticamente en marzo de 2015, cuando Arabia Saudí y otros ocho Estados -en su mayoría árabes suníes-, apoyados por la comunidad internacional, lanzaron ataques aéreos contra los houthis, con el objetivo declarado de restaurar el gobierno de Hadi. Arabia Saudí ha justificado su intervención en Yemen alegando que Irán apoya a los houthis con armas y respaldo logístico, una acusación que Teherán niega. El conflicto se ha convertido así en parte de una serie de tensiones regionales y culturales en Oriente Medio entre chiíes y suníes.
Una oportunidad perdida
El embajador Boffo señala que, tras las primeras trifulcas, incluso sangrientas, en Yemen, se produjo un diálogo nacional con la participación de todas las partes que fue fructífero en su momento, apoyado por la comunidad internacional unida bajo el lema Amigos de Yemen, con un importante papel de Italia. Desgraciadamente, el resultado del diálogo fue la redacción de una Constitución, recuerda Boffo, que preveía una federación, pero que no fue reconocida por los Houthis, que se consideraban marginados.
Divisiones a muchos niveles
En el momento del acuerdo de tregua, el pasado mes de abril, el presidente interino Hadi -su mandato comenzó en 2012 y expiró formalmente en 2014- aceptó transferir sus poderes, bajo la presión de Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos (Eau), a un Consejo Presidencial de ocho miembros. El nuevo Consejo también es el encargado de negociar un alto el fuego con los Houthis. En la composición del Consejo Presidencial destaca la ausencia de líderes políticos nacionales y la proliferación de líderes locales, que gobiernan porciones específicas de territorio. El frente que se opone a los Houthi sigue muy dividido y expresa diferentes agendas políticas, así como liderazgos rivales, mientras que desde la dirección de los Houthi en el norte llegan señales políticas contradictorias. Y según Boffo, es relevante considerar que los rebeldes chiíes proiraníes cuentan con apoyo extranjero, pero no sólo están orientados desde el exterior: tienen su propia visión particular del país, que conserva aspectos de una herencia antigua y también presenta contradicciones, porque se refiere a cuestiones no resueltas de la sociedad yemení y, en cierta medida, de la sociedad regional.
Una de los lugares cuna de la civilización humana
Boffo recuerda que Yemen es uno de los lugares donde se desarrolló la civilización humana, a pesar de ser un territorio inaccesible. Sus grandes reinos antiguos encontraron la manera, con la construcción de presas y cisternas, de aprovechar las grandes inundaciones. Gracias a este suministro de agua, la región también prosperó gracias al comercio de las grandes caravanas que transportaban principalmente incienso y mirra, y más tarde café también a través del comercio marítimo. Estos oficios hicieron", recuerda Boffo, "la fortuna de reinos como el casi mítico de la reina de Saba. Entonces comenzó la decadencia y la sucesión de diferentes culturas. Con la llegada del Islam y el desplazamiento del poder hacia Oriente, Yemen -recuerda- perdió su centralidad, pero mantuvo, entre altibajos, un papel fundamental en el mundo árabe, como por ejemplo en la conquista de Andalucía.
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