Ucrania. Misil ruso alcanza un edificio de apartamentos en Dnipro: 14 muertos

Alessandro Di Bussolo - Ciudad del Vaticano

Ha empeorado el balance de la masacre de civiles provocada por un misil ruso, probablemente lanzado desde un bombardero supersónico, capaz de burlar las defensas antiaéreas ucranianas, que el sábado por la tarde alcanzó un edificio de apartamentos en Dnipro, en el sureste del país. Al menos 14 muertos y 64 heridos fueron recuperados de entre los escombros, mientras se seguía excavando, y decenas de pisos quedaron destruidos, dejando sin hogar a entre 100 y 200 personas. Más de 1.700 personas se quedaron sin electricidad ni calefacción.

Un misil superó las defensas antiaéreas ucranianas

Fue el primer ataque ruso desde principios de año lejos del frente, con dos rondas de lanzamientos, una por la mañana y otra por la tarde. No un uso masivo de misiles y drones, para superar la defensa de Kiev, sino unos pocos artefactos, que según el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana "siguieron una trayectoria desde el norte, muy alta, lo que nos dificultó su detección e impacto". Además, según el radar, se trataba de un misil Kh-22 y, según el portavoz, Ucrania "no tiene potencia de fuego capaz de derribar este tipo de misiles".

Zelensky: "Es terrorismo ruso"

Entre las víctimas del atentado había una chica de 15 años, y entre los heridos había al menos siete niños. '¡Esto es terror ruso! - comentó el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky - El mundo debe detener este mal". Pero mientras los dirigentes de la UE preparan un viaje a Kiev a principios de febrero con una doble cumbre para reavivar el apoyo a Ucrania, el gobierno húngaro de Viktor Orban dio a conocer los resultados de la consulta nacional sobre las sanciones antirrusas: el 97% de los encuestados se mostró contrario a ellas.

Formación de ucranianos en el uso de armas tecnológicas

Mientras tanto, en la frontera polaca, cientos de reclutas ucranianos pasaron ayer por la aduana cargados con mochilas camino de entrenarse en Europa o Estados Unidos. No se trata de veinteañeros, sino de cuarentones o cincuentones destinados a utilizar las nuevas armas tecnológicas que Occidente ha prometido proporcionarles. Con unas pocas semanas de formación, se convertirán en artilleros, operadores de radar y pilotos de drones, así como en operadores antiaéreos. Cada uno especializado en un arma específica.