Incendios en Hawái, aumenta el número de las víctimas
Paola Simonetti – Ciudad del Vaticano
Desde ayer, jueves 10 de agosto, las llamas en Maui, una de las islas hawaianas, donde incendios de vastas proporciones asolan la zona azotada por la sequía y el huracán Dora, se han cobrado hasta el momento 53 vidas. Pero "el número de víctimas, lamentablemente, va a aumentar considerablemente", subrayó el gobernador de las Islas Verdes, también a la vista del elevado número de desaparecidos: al menos mil personas estarían desaparecidas.
Destruida la ciudad de Lahaina
La muerte y la devastación se produjeron especialmente en la histórica ciudad de Lahaina, que quedó destruida en un 80%. Zonas boscosas, cientos de edificios residenciales y negocios se convirtieron en humo, con daños estimados por el propio gobernador en miles de millones de dólares. Decenas de miles de personas han sido desplazadas. El gobernador de las Islas dijo además:
Evacuaciones en curso
Mientras tanto, se ha cerrado el espacio aéreo sobre las zonas de los incendios. Las autoridades locales están ayudando a la población en una evacuación masiva: al menos once mil personas han abandonado ya la isla, mientras que miles más lo harán en las próximas horas. Continúa la protección de los habitantes y turistas mientras se avanza al mismo tiempo en la vigilancia del océano: según el capitán Kirksey de los guardacostas, los equipos de rescate vigilan las aguas que, para decenas de personas, han sido la salvación para huir de las llamas que han bañado las playas.
Daños masivos en el ecosistema local
Y mientras el presidente estadounidense Joe Biden declaró el estado de emergencia y anunció la puesta a disposición de todos los recursos federales necesarios para luchar contra los incendios y ayudar a la recuperación, los expertos temen ahora un impacto dramático en el ecosistema local, en uno de los entornos más preciosos pero también más frágiles del planeta.
De hecho, los incendios podrían llegar a comprometer la vida marina, con una preocupante degradación de los arrecifes de coral, la aceleración de la erosión costera y la infiltración de sedimentos en los cursos de agua, con la consiguiente contaminación.
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