Mongolia. Los líderes religiosos juntos por el bienestar de la humanidad
Michele Raviart - Ciudad del Vaticano
Diferentes entre sí y unidas al amparo del gran ger que es el Teatro Hun de Ulán Bator, las grandes religiones del mundo presentes en Mongolia acogen al Papa Francisco antes de su discurso durante el Encuentro Ecuménico e Interreligioso, nueva etapa de su 43° Viaje Apostólico. Lo que une a todas las confesiones, explica el líder de los budistas mongoles Gabju Choijamts Demberel en su saludo inicial, son "las oraciones y las actividades por un objetivo común", el del bienestar de la humanidad.
Crear una sociedad humana y compasiva
En un mundo donde la humanidad ha alcanzado "un nivel excepcional de progreso en materia de información y tecnología", subraya Khamba Nomun Khan y Abad del monasterio de Gandan Tegchenling, existe sin embargo el riesgo potencial de perder importantes valores internos como "la bondad, la compasión, la moralidad, tolerancia, perdón y karma”. "Por lo tanto – continúa - los objetivos y actividades de todas las religiones tradicionales deben llenar la mente de los valores internos antes mencionados, para contribuir a la creación de una sociedad humana y compasiva".
El regreso a la libertad de culto en Mongolia
Adoptado en Mongolia entre los siglos II y I a.C. y practicado por el 53% de la población mongola, el budismo renació, junto con otras denominaciones, con la restauración de la libertad religiosa tras el fin del comunismo en 1992. Una historia de persecuciones y cierres también contado por el párroco de la única iglesia ortodoxa rusa en Mongolia, dedicada a la Santísima Trinidad del Patriarcado de Moscú y a la que asistieron unos doscientos fieles. El sacerdote, presente en el Encuentro, es uno de los once líderes religiosos que dirigieron sus saludos al Papa Francisco por el evento.
La relación entre el hombre y la naturaleza del culto al Cielo eterno
Danbajav Choijilav, Abad principal del monasterio Zuun Khuree Dashicholing también habló en nombre de los budistas mongoles, subrayando cómo la paz y la armonía son los dos principios que sostienen la vida humana, así como hay dos pilares que sostienen el ger mongol. De hecho, el ger es, en palabras de D. Jargalsaikhan, presidente de la Unión de Chamanes de Mongolia, "una pequeña parte del gran mundo, pero contiene todos los procesos de la vida humana, la libertad, la convivencia del hombre y la naturaleza, la expresión de la paz y hasta de nuestros ídolos”. Con casi el 3% de sus fieles entre la población, el tradicional culto chamánico "al Cielo eterno", que su líder ha definido como "una expresión de la conexión umbilical entre la naturaleza de la tierra y el universo, desarrollada y transmitida desde hace creación del hombre”, es la tercera religión más practicada en Mongolia, con unos miles de seguidores menos que el Islam.
Como hermanos en una casa común
Por lo tanto, el líder de los musulmanes mongoles también recordó la similitud entre la armonía necesaria para vivir en un hogar tradicional mongol y la que la humanidad necesita para coexistir sin conflictos. "El mundo es un ger", dijo, "y para mantener el mundo ordenado y en paz en esta casa debemos vivir juntos como hermanos". "El ger mongol es el mejor lugar para la comunión", subrayó también Adiyakhuu Oktyabri, de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, está "siempre abierto a todos" y "el lugar perfecto para vivir y crear un pequeño paraíso en la tierra". El ger representa "refugio y unidad", afirmó en cambio el líder de la Iglesia mormona, que invitó a la gente a confiarse a Jesús como entre ellos los nómadas de la estepa.
Hacer del mundo un lugar mejor
Unos días antes del Año Nuevo judío, Yair Jacob Porat pidió la responsabilidad compartida de hacer del mundo un lugar mejor, animando a las personas a participar, independientemente de su afiliación religiosa, en actos de "bondad, caridad y justicia social". El líder hindú, por su parte, agradeció al Papa por ser un rayo de esperanza y por sus bendiciones que han cambiado la vida de tantas personas. También llegó un mensaje de saludo de la Alianza Evangélica de Mongolia, de la comunidad sintoísta y de la comunidad bahá'í.
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